El subdirector xeral de Deportes culpa de los fallos a las reformas hechas tras su adjudicación

O Barco llevará al Juzgado las deficiencias de la piscina

Instalaciones de la piscina climatizada de O Barco.
La piscina climatizada de O Barco abrirá nuevamente sus puertas dentro de tres semanas. Este es el plazo estimado por los técnicos para corregir las múltiples deficiencias detectadas en un edificio que tan solo tiene tres años, demasiado pronto para una obra que contrató la Secretaría xeral para o Deporte, con un presupuesto de 2,46 millones de euros.
Así lo estimó el alcalde socialista, Alfredo García Rodríguez. El regidor anunció que, inicialmente, el Concello asumirá los 30.000 euros estimados para los trabajos de reparación. Posteriormente, tratará de recuperarlos por vía judicial. Un juez decidirá qué organismo o empresa es responsable de los fallos.
El equipo de gobierno descartó cualquier responsabilidad de los técnicos municipales. 'El arquitecto estuvo pendiente de la obra, desde el primer momento. Al mes siguiente de finalizada informó de las deficiencias pero ni la Xunta ni la constructora (Antalsis) hicieron caso', afirmaron fuentes del equipo de gobierno.
Las explicaciones no convencen a la oposición. El grupo popular de Moisés Blanco Paradelo preguntó por diferentes cuestiones relacionadas con las responsabilidades y el concejal del BNG, Vítor Sierra Neves, mostró su preocupación: 'A piscina é un desastre', dijo. Este concejal tiene claro quién tiene responsabilidades. 'Os responsables son os directores de obra, que firmaron o inicio e o final da obra'.
Carlos Gómez, subdirector xeral de Deportes, explicó que las deficiencias detectadas por los inspectores fueron corregidas en su momento y que hubo reformas posteriores al vencimiento de la garantía -como la construcción de un spa o la reforma de la instalación eléctrica, cuando asumió la gestión Aquagest. 'Estas obras pueden ser las que traen como consecuencia los problemas. A lo mejor las responsabilidades las tiene quien las pide', dijo.
La piscina fue cerrada en febrero, al detectarse varias deficiencias y, sobre todo, filtraciones que amenazan al sistema eléctrico.

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