Los mayores barquenses se quedan sin café

Sin servicio de cafetería en el Centro Social de O Barco

“Levamos dous meses sin cafetería e agora queren meter unha máquina automática de café”, se quejó un usuario del Centro Social de O Barco. No es el único que muestra su enfado por esta situación que, según añadió, está vaciando las salas del citado edificio. La dirección apunta que el problema lo originó la jubilación del encargado de la cafetería y que sólo fueron dos las personas que se interesaron por coger este servicio, pero una de ellas, carecía de “papeles” y la otra carecía de ninguna experiencia en la labor.
“¡Queren meter una máquina automática de facer café!”. Esta exclamación la realizó un usuario del Centro Social de O Barco después de advertir que el servicio de la cafetería cerró hace unos dos meses. Esta situación dio pie a una curiosa polémica entre quienes frecuentan el establecimiento.
“Temos que botar a partida de cartas cun vaso de auga”, se quejó este usuario, quien prefiere no oír hablar de la máquina de café automática. “Todos sabemos como sabe ese café”, añadió. Aunque, los usuarios más “belicosos” prefieren permanecer en el anonimato, no dudan en transmitir su malestar a quienes les rodean. “Mi madre dijo que iba a llevar un termo con el café”, confirmó la hija de una barquense.
Este clima de polémica no favorece la afluencia de personas al Centro Social o, al menos así lo estiman los asiduos. “Baixou moito a asistencia. A diario estaba a tope e agora non sei se haberá 15 persoas”, comentó uno de ellos a la hora de la partida de la tarde, sobre las 16,00 horas.
Fuentes próximas a la dirección del centro apuntaron que la cafetería cerró por la jubilación de la persona que se ocupaba de atenderla. Apuntaron que su marcha fue anunciada de un día para otro, sin dejar ningún margen de tiempo para buscar un sustituto.
El responsable del Centro Social también afirma que no descartan que el servicio vuelva a funcionar, aunque de momento las dos únicas solicitudes que recibió no pudieron aceptarse. Una por carecer de “papeles” y la otra debido a que no tenía experiencia en la hostelería.
Según indicaron en la dirección, fueron estas circunstancias las que condujeron a plantear la posibilidad de instalar una máquina de café automática. Aunque esta medida podría tener carácter temporal, mientras no aparece la persona adecuada para ocuparse de la cafetería.
Sin embargo, los usuarios afirman que la instalación de la polémica cafetera será para siempre, por lo que alguno de ellos se dirigió a un concejal del equipo de gobierno para solicitar la intervención del Concello en el conflicto.
Estas gestiones aún no llegaron al alcalde barquense, Alfredo García, quien ayer aseguró que desconocía la existencia de esta polémica. En todo caso, el regidor mostró sus deseos de que el problema se resuelva y “que las cosas funcionen a satisfacción de todos”.

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