Proponen una pasarela peatonal como solución

Los visitantes del santuario bolés de As Ermidas critican la dificultad de los accesos

Lugar desde el que arrancaría la pasarela peatonal de As Ermidas.
Muchos turistas con problemas de movilidad deben abandonar el pueblo de As Ermidas (O Bolo) sin visitar el santuario, debido a sus empinados accesos. Una fundación propone que la solución es una pasarela peatonal.
“Non é a primeira vez que se cae unha persoa, pois algúns veñen con muletas, e ten que quedar abaixo, doído por non poder chegar ao santuario”. Esta explicación la ofreció este sábado, 27 de septiembre, una vecina de As Ermidas (O Bolo), a modo de resumen de las numerosas quejas de las personas que visitan el principal monumento valdeorrés. “Moita xente se queda abaixo”, añadió esta mujer.

La estrechez de las calles impide impide a los autobuses cruzar el pueblo y detenerse ante el santuario, por lo que a sus chóferes sólo tienen dos opciones. La primera es estacionar en la zona superior y obligar a los usuarios a recorrer casi dos kilómetros que la separan del templo.

Para evitar este largo y complicado descenso -que discurre por una pista estrecha y de gran pendiente-, los chóferes pueden estacionar sus autobuses en el área recreativa del río Bibei. Si eligen esta alternativa, sus viajeros deberán ascender por una empinada cuesta de 50 metros, inabordable para personas que tienen dificultades para caminar o que usan sillas de ruedas y también para aquellas mujeres que llevan carritos de niños.

Las personas con problemas de movilidad no son las únicas que se encuentran un muro infranqueable cuando intentan subir la cuesta del santuario. Muchas parejas valdeorresas eligen este templo para contraer matrimonio y ciertamente resulta muy complicado acceder con zapatos de tacón por las empinadas rampas.

Estas quejas son conocidas por Luis Maroto, vicepresidente de la Fundación Nuestra Señora das Ermidas e ingeniero. “Subir con zapatos de tacón es jugársela”, apuntó. También dice que las personas con problemas de movilidad deben ser acercados en coches particulares desde el bus.

Maroto estima que la solución pasa por construir una pasarela peatonal desde la orilla opuesta del río Bibei, donde el terreno permite su explanación para construir una zona de aparcamiento. Un nuevo puente, construido a la misma altura que el santuario, permitiría cruzar el cauce para estacionar, regresando al santuario por la citada pasarela.

“Es una obra importante, pero sería la solución ideal”, apunta este ingeniero, que inició la redacción de un estudio informativo de la citada pasarela. Tendría una longitud de unos 120 metros y podría salir en el punto donde se levanta el antiguo transformador que, antes o después, deberá ser demolido para evitar que siga afeando el entorno.

El alcalde de O Bolo, Manuel Corzo, confirmó que los autobuses no pueden circular por el pueblo y resaltó la labor de Luis Maroto. Aprovechó la ocasión para destacar la importancia de As Ermidas. “O Bolo ten que ter peso turístico”, afirmó el regidor.

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