La organización rindió un homenaje a los ejércitos veteranos que han mantenido los ancestrales festejos de Laza
Moros y cristianos se volvieron a enfrentar ayer en Retorta (Laza) con motivo de la ancestral batalla organizada coincidiendo con la festividad de Santa Mariña. La imagen de la virgen, conjuntamente con la de San Antonio, presidió la procesión que abrió los festejos en el campo de A Ribeira.
Los gritos y espectaculares movimientos de la lucha entre los cristianos, vestidos con elegantes trajes de colores, y los moros, de blanco impoluto, impresionó a los varios cientos de personas que se congregaron a las orillas del río Támega. La contienda, como manda la tradición, terminó con la victoria de los cristianos, ante el desconsuelo del ejército moro: "non hai maneira de gañar!", reconocía uno de los integrantes de la milicia musulmana.
Mas allá de la colorida batalla, la edición de ayer estuvo protagonizada por el reconocimiento y homenaje que la organización vecinal quiso rendir a los veteranos integrantes de los dos ejercitos que durante años mantuvieron vivo los festejos en Laza.
Música y espuma
La Banda de Bousés se encargó de despertar a los vecinos en la jornada dominical tras una larga noche de verbena. Y, desde las once de la mañana, la oferta musical se complementó con la exhibición de piezas de artesanía del Mercado Medieval.
Por la tarde, tras la misa amenizada por el Coro de Laza y una copiosa comida en los puestos al aire libre a base de pulpo, churrasco o carne "ó caldeiro", fue el turno de los más pequeños con la fiesta de la espuma.
Para todos los públicos fue el fin de fiesta que, a partir de las nueve de la noche, se desarrolló en el recinto ferial con la actuación de la orquesta Capitol.
