VERANO

Paris, Cristina, Barcelona

Ourense. 21-08-2015. Bar París. Suso sirviendo una caña. Paz
photo_camera El bar París está situado en el número 9 de la calle Lepanto.

El París, con el Suso del París: el Suso del París (si su señora me permite decirlo) era uno de los camareros más guapos de mis años mozos y, no sé si era por eso o porque además es un tipo muy riquiño, en ese bar se está de maravilla. 

Si estudiaron en Santiago - o tuvieron amigos allí - recordarán la ruta "Paris Dakar": ir desde el bar París hasta el bar Dakar bebiendo una taza de vino en cada uno de los bares que había en el medio y llegar con capacidad de habla.

Yo tengo una espinita clavada porque, aunque estudié en Santiago, perdí el tiempo en otros menesteres y nunca hice esa ruta. Por eso he pensado que, ya que en Ourense también tenemos un París, podría hacerla aquí y sacarme la tal espinita. Así pues he diseñado una ruta en zigzag, facilita de recordar y seguir y la he bautizado “París Barcelona” (suena menos a Rally y más a ciudades bonitas, lo cual va mejor con mis gustos). Si quieren seguirla, cenen bien, pónganse calzado cómodo y allá que nos vamos.

El París, con el Suso del París: el Suso del París (si su señora me permite decirlo) era uno de los camareros más guapos de mis años mozos y, no sé si era por eso o porque además es un tipo muy riquiño, en ese bar se está de maravilla. 

Nos pasábamos horas allí, dale que te pego al ron con coca-cola. Así que aquí empezamos: una cerveza.

Ourense. 21-08-2015. Bar Barcelona.  Luis González al frente. PazBeban, paguen, salgan, giren a la izquierda y siguiente bar a mano derecha: nunca supe su nombre porque el señor que lo regenta se parecía mucho a nuestro profesor de filosofía, el Padre Porki, así que siempre fue “El bar del Porki”. Allí, otra cerveza. Consuman, paguen, salgan. En la misma acera, el “Pote” – el primero sitio (pero no el último) donde brindé con una amiga con tal entusiasmo que rompí su copa –. Beban, paguen, salgan. ¡Rápido: se me acaba el espacio! Montecarlo, cerveza. Rey del Jamón, cerveza. O Comellón, cerveza; De Luis, cerveza; Montederramo, cerveza; Barcelona, cerveza y ¡YA! Digan “cerveza” – llevan nueve – ¿pueden? ¡Licenciados con honores! 

anatomia_de_quienMira Ourense: Anatomía de quién

Saben ya (me repito) que me gustan las pintadas originales, poéticas o que hacen pensar. Ésta que les traigo hoy me hace pensar y, antes de que se apresuren al chiste fácil, les haré una pregunta que prologa mi reflexión: ¿Cuántas veces han visto pollas dibujadas en las paredes? Y, sin embargo, ¿cuántas veces han visto coños dibujados en las paredes?

Si la respuesta es la que imagino, da que pensar, la verdad. Yo nunca he visto un coño dibujado en ningún sitio (miento, una vez mi amiga Fatíma me dibujó uno y, debajo, escribió “para mi mejor amiga, con cariño vaginal”, pero quizá eso no cuente: Fatím no representa la normalidad porque es “más” que el resto de la gente, ¿más qué?, más rara, más divertida, más sabia... más, en general). Pero a lo que iba, ¿por qué todo el mundo dibuja penes en todas partes y nadie dibuja vaginas? ¿Tienen alguna explicación para este hecho? Me encantaría oírla... 

corazontvepeqDulce hogar: Vidas ajenas

Ayer les comentaba que, cuando estaba enferma, me encantaba quedarme en casa sin ir al cole y tragar tele como si no hubiera un mañana.

Hoy, que sigo con un poco de fiebre, ya no tengo una programación televisiva tan sugerente como ayer así que trato de recordar con qué más cosas me divertía cuando era pequeña y me quedaba en casa sin vigilancia. No tengo que pensar mucho para que salga la principal: leer el diario de mis hermanas. Cuando yo tenía ocho años, ellas te- nían catorce y quince (las po- bres... por si no les llegaba con ser adolescentes – probablemente uno de los peores mo- mentos de la vida – además tenían una hermana pequeña como yo, es decir, un auténtico dolor en el culo)

En este ejercicio de espionaje, me enteré de cosas tremendamente útiles para el que sería mi futuro de adolescente; también me enteraba de secretos con los que podía chantajearlas y así tener algo de poder; y fue así como leí los cuentos que escribía una de ellas y decidí que yo también quería escribir... (Dios, qué hubiera sido de mi vida si no hubiera sido una niña tan pro- pensa a enfermar... O lo que es peor, si no hubiera tenido her- manas mayores...)

A lo que voy, que la fiebre me dispersa, ahora que, como vivo sola, ya no tengo a quién leerle el diario, cambio este útil hábito por otro parecido: ver programas de cotilleos. Para los nocturnos (tan gritones y estruendosos) aún hace demasiado calor pero un Corazón Corazón a la hora de la comida, siempre sienta bien: Isa y Gloria Camila están a tope. 

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