¿Quién no recuerda algún juguete de la infancia con cierta melancolía?
Hace años los juguetes eran distintos a los de ahora, si bien es cierto que muchos se intentan recuperar con el fin de que los niños conozcan con qué jugaban sus padres y abuelos.
Un reciente estudio realizado por Saluspot, con la colaboración de Paula Ronco Cardoso, psicóloga sanitaria general en RC Psicología, afirma que los jugueste aportan una serie de beneficios cuando somos pequeños e incluso cuando somos adultos. Para los pequeños estos beneficios se resumen en que contribuyen al crecimiento y al aprendizaje mental y físico. También resultan muy positivos ya que los niños aprenden a socializarse, a establecer normas y a seguirlas. Por último, los juguetes son óptimos ya que desarrollan la creatividad y la superación personal. Por todo ello es importante que los niños tengan sus propios juguetes y pasen tiempo con ellos.
Otra curiosidad es que, en este mismo estudio, se señalan una serie de beneficios de los juguetes cuando somos adultos. Estos consisten en que despertar de nuevo la curiosidad , la creatividad y las ganas de explorar. Conservar juguetes de la infancia nos ayuda a recordar mejor buenos tiempos que hemos vivido y como no, estos juguetes y hablar de ellos nos permiten compartir experiencias con la familia y con los amigos, factor que siempre resulta de lo más positivo.
De un modo u otro, los juguetes vienen cargados de historia para los adultos y de experiencias para los niños y nunca sabemos detrás de qué juguete se puede encontrar una nueva experiencia y el aprendizaje mental y físico de nuestros pequeños. Disfrutémolos, compartámolos y cuidémoslos que están llenos de experiencias presentes, pasadas y futuras.
