El COB aprovechó el "borrón y cuenta" nueva que le ofrecía la competición y reivindicó su papel en la liga con una victoria indiscutible e ilusionante ante un Burgos al que empequeñeció cuarto a cuarto. Ganó y se gustó siendo además un equipo plausible en todas las facetas del juego. Despliegue ofensivo acompañado de la intensidad y concentración defensiva que se le echaba en cara hasta este sábado.
El debut de los fichados Evan Yates (11 puntos) y Andre Spight (13) tuvo rendimiento y repercusión inmediata, pero la clave del equipo ourensano estuvo en la fiabilidad colectiva. Intenso en defensa, consistente en el rebote y fuerte mentalmente cuando el rival apuró sus opciones.
Un despliegue coral que tuvo en Arkeem Joseph al más destacado, pero a Joan Tomás como jugador clave, a Úriz repartiendo 8 asistencias y a Menzies, Navarro o Dimitrijevic siendo importantes en las rotaciones. Todos sumaron y por ahí se entiende el cambio radical de un COB que se transformó de equipo temeroso a dominante.
El primer cuarto ya mostró cartas nuevas. Con Yates como "cuatro", Joseph jugó a placer. El COB castigó una y otra vez el centro de la zona con sus "cincos" y mandó siempre en el marcador (19-11). Obligó al Burgos a ir a remolque y amagó con romperle el partido una vez en cada cuarto hasta que acabó bajándole los brazos. Sin admitir dudas, por superioridad.
El estirón del segundo cuarto lo lideraron Dimitrijevic, Navarro y Menzies. Quinteto nuevo y mismo rendimiento. Todavía mejor en defensa y sin regalar ni un solo contraataque ni rebotes ofensivos. Un parcial de 10-0 en dos minutos (30-20) que supo conservar gracias al trabajo defensivo cuando empezó a bajar el acierto. Sin dudas ni dependencias.
El parcial del tercer cuarto fue todavía más contundente. Kris Joseph, el del Burgos, tiró de su equipo para poner a prueba el estado anímico del COB (51-47) y ahí fue Joan Tomás el que salió al rescate ourensano. Tres triples y una bandeja al contraataque para firmar un 12-1 balsámico. El Joseph del COB volvió a hacerse notar y el partido entró en una dirección que ya no tendría marcha atrás (67-51).
Quedaba un cuarto y lo aprovecharon los de Gonzalo García de Vitoria para acabar de reivindicarse. Spight avisó de lo que puede ser capaz, Navarro estrenó piernas nuevas, Dimitrijevic y Úriz siguieron complementándose la perfección y un partido temible acabó en terapia de choque.
Lo máximo que achuchó el Burgos fue un 69-58 que diluyeron Spight y Dimitrijevic con la facilidad de los jugadores a los que se les caen los puntos de las manos.
Una victoria clave para afrontar la segunda mitad de la temporada con más ilusión que miedo.
Pase lo que pase en esta primera fase el COB ya tiene tres victorias aseguradas para la segunda y todavía podría ser alguna más. Sobre un máximo de seis, el premio es enorme cuando hace no mucho se podía temer lo peor.
Un equipo que debe tirar de prudencia, pero con recursos en la cancha, en el banquillo y en los despachos para no renunciar a ilusionar y a ilusionarse.
