Alberto Núñez marcó dos pequeñas pinceladas en el cuadro de su gobierno, un proyecto apaciblemente continuista fruto de su convencimiento en la calidad del equipo, dicen los suyos, o de su propensión a 'sostenella y no enmendalla', a persistir en el error, que apuntan desde la oposición. O ambas cosas, que una no quita la otra. Lo cierto es que poco cambia y para Ourense debería suceder todo lo contrario. Al igual que Núñez, con su Gabinete, retorna al mes de agosto, la presencia del empresario Nicolás Alberto Cid Souto con su generosa oferta de trabajo a los ourensanos que quieran emigrar a Venezuela, donde es toda una institución, nos devuelve, al menos en la memoria, a los años 70, con el auge migratorio hacia ese país. Ayer, a lo visto, Cid Souto ofreció en Ourense más alternativas que Feijóo y su gobierno continuista.
