Nunca entenderé por qué no se televisan las galas del Festival de Málaga. Si en la era anterior, durante los doce años precedentes, se me abrían las carnes cuando me tocaba contar y cantar a los amigos y lectores las excelencias de las que era capaz Gerardo Vera sobre el escenario del Teatro Cervantes, ahora, en el primer año en que el evento tiene lugar después del apagón analógico, casualmente ya sin Gerardo, compruebo con perplejidad cómo ninguno de los canales de la TDT nos ofrece esta señal. Ni siquiera los adscritos a la cadena patrocinadora. Vivir para ver. Fue significativo que incluso el presidente de la FAPAE, Pedro Pérez, diese ayer un tirón de orejas amable a las televisiones privadas, a las que solicitó que programen y difundan en sus canales, sin complejos, ese cine español que producen por ley con los buenos resultados que todos conocemos.
Siguiendo el ejemplo de la televisión pública. La 2 programa desde enero, en pleno 'prime time' y con muy buenos resultados, producciones nacionales y latinoamericanas. 'Versión española' lleva cuatro meses en La Primera, tras 'Informe semanal', cosechando cifras muy estimables.
Mientras las galas del Festival de San Sebastián, bastante más frías que las malagueñas, se emiten a través de la televisión estatal, las que tienen lugar en el Teatro Cervantes no pueden seguirse en directo más allá de la Costa del Sol. Y es una pena.
