Opinión

Vísperas

Abogan los autores de libros de autoayuda en vivir el carpe diem. El pasado quedó atrás y el futuro todavía no es, dicen con aplastante elocuencia. Sólo existe el presente. El aquí y ahora, y ese es el que hay que vivir con intensidad. Y un pimiento, añado yo. Y es que no hay dos personas iguales. Por lo que las fórmulas magistrales que sirven a unos descolocarán a otros de la misma especie. Comprendo la idea del carpe diem, y trato de vivir el momento, claro que sí. Pero a mí me quitan lo que ya pasó y lo que está por llegar y dejo de ser yo y empiezo a imaginarme como un vegetal.

Me encuentro contando las horas para iniciar la décimo tercera edición del Festival de Cine de Málaga. Yo no sería yo sin los otros doce. Las vivencias de aquellos ciento veinte días vividos en las inmediaciones del Teatro Cervantes caminan conmigo. Cada encuentro, cada película, cada coloquio, cada una de las fotos, forman parte de mi ADN, que se completa cada día.

Los frutos del Festival de Málaga germinarán en mis clases de cine, bien a los alumnos de la licenciatura de Periodismo en Elche, bien a los alumnos extranjeros que vengan a aprender nuestra cultura en los Cursos de Verano de la UIMP de Santander. También en numerosos mensajes y llamadas de dentro de un mes, dos, tres. Carpe diem, sí. Pero con un pasado y con un futuro. Gozando las vísperas.

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