Opinión

Contrariedad ante reconocimiento

Del escepticismo, el recelo, al hastío, la contrariedad, la decepción, el disgusto, el enfado, la reprobación y la protesta. Gradual desánimo y consecuente denuncia que surgía desde la grada del Pazo ante una nueva derrota. El esfuerzo de Kale, la 'mano' de Morentn o las esporádicas acciones de Huertas o Zamroz , por individuales e inconstantes, no fueron argumentos suficientes para superar al Lleida. Todo un equipo. El más regular de los humildes. Con los defectos lógicos de la juventud de su plantel pero sobrados de motivación e intensidad. Donde todos los jugadores son complementarios y siempre a cobijo del veterano Alzamora.

Comentaba el técnico ilerdense, Joaquín Prado, que sin descuidar el scouting del rival incidía más en el propio, dedicando muchas horas a visionar videos, que no todos lo hacen, para repasar y enmendar aquellos errores que se hubieran cometido. ¡En mejorar!

La clave para que un rookie como Vinson (1990) sin mayores habilidades a su llegada que el esfuerzo, firme en el Pazo unos excelentes datos estadísticos. Que Sergio Llorente (1990), tras una mala experiencia en Huesca, retorne a LEB oro con todo merecimiento, Llorca(1989) recoja los réditos de su constancia, Arteaga (1992) siga creciendo o un desconocido Sutina (1990) con su intensidad corte de raíz la racha de Zamroz. Progresión que respalda el deseo de un proyecto de consolidación y futuro que de inicio se habían marcado los gestores del conjunto ilerdense.

Concordancia entre gestión y resultados deportivos que el COB no logró afianzar. Pese al empeño y valía de sus gestores. Que el conjunto ourensano haya encajado su décima derrota en el Pazo no es más que la consecuencia de un proceso involutivo del equipo con el devenir de las jornadas que su técnico, Gonzalo García de Vitoria, parece incapaz de reconducir. Lejos de números anteriores están Huertas o Ivan García. Intermitente la responsabilidad de Rivero, la participación de Riley o Zamroz...Mayor fortuna, en ataque que no en defensa, para los interiores, Morentin por experiencia y Kale por físico, siempre primera y casi única opción, pues que se doble un pase es la excepción. Movimientos que por redundantes y desajustados se hacen previsibles para el rival. Fácil de contrarrestar. Como sucedió en los instantes finales del partido y con todo por decidir. El técnico ilerdense, Joaquín Prado, disponía a sus jugadores ante "un ataque alocado" (sic) del COB, como así sucedió. Se repetía cambio y lanzador de un último triple errado de Ivan García previa acción individual y lanzamiento de Zamroz que escupió el aro o acelerada penetración de Huertas. Lo que fue infortunio en su origen es hábito hoy.

Y es que "a los que corren en un laberinto su misma velocidad los confunde" (Séneca).

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