Opinión

El ciclo festivo de Semana Santa

La Semana Santa se compone de un conjunto de fiestas de enorme religiosidad popular. Cuenta con una gran tradición. En ella celebramos, repetimos y recordamos los principales misterios de la religión católica. Posee múltiples valores religiosos, culturales y etnográficos. Las procesiones, en especial las del Viernes Santo toman las calles de villas y ciudades. Son miles de personas las que participan, unas como sujetos activos y otros como simples espectadores.


Es el acontecimiento religioso más destacado del año litúrgico. Se trata de un ciclo festivo que en Galicia se vive con una especial intensidad, de una manifestación de la religiosidad popular cargada de dramatismo y de teatralidad que tiene su máximo exponente en las procesiones. La Semana Santa tuvo siempre más prestancia en las villas y las ciudades que en las aldeas, por ello los campesinos se trasladaban a la ciudad y a las villas próximas para presenciar el paso de las procesiones. Las procesiones más emotivas son las que recorren las calles durante las jornadas del jueves y del Viernes Santo. En Galicia las procesiones se remontan al siglo XVI. En Santiago están registradas hermandades de devotos desde dicho siglo. Las procesiones de las ciudades y las de algunas villas como Viveiro y Ferrol cuentan con una larga tradición. Las procesiones se fueron consolidando en Europa a partir de la baja Edad Media.


Durante el ciclo de Semana Santa cientos de cofrades vestidos con túnicas y con capuchones de los más diversos colores portan los pasos a ritmo de tambores y de bandas de música por las principales calles de Galicia. El domingo de ramos las gentes acuden al templo llevando ramos de laurel y de olivo. En la actualidad también llevan palmas. En muchas aldeas de Galicia para enfadar a los párrocos no faltaban quienes llevaban ramos muy altos que chocaban con las lámparas y golpeaban con ellos el enlosado del templo. Una vez benditos los llevan a sus casas porque a esos ramos le atribuyen propiedades protectoras de las personas, de los ganados, de las casas y de los campos. Los conservan todo el año y cuando hay tormenta en verano queman una hoja del ramo. La quema es signo de protección. No faltan mujeres que a los guisos le añaden una hoja del laurel bendito.


La Semana Santa es el acontecimiento religioso más destacado del año litúrgico También es costumbre de que después de la procesión los niños y los jóvenes jueguen y hasta lleguen a pelear entre ellos utilizando los ramos como armas de juguete. El día de ramos es también una de las fechas en las que se estrenan prendas de ropa. El miércoles se hace la ceremonia de tinieblas, que consiste en apagar las luces del templo para tirarle por el pelo o pellizcar al que está delante o al lado. El Jueves Santo es el día en que tiene lugar la ceremonia más significativa. Ese día se celebra la última cena del Señor, la institución de la Eucaristía, la misa crismal, el lavatorio de los pies a los apóstoles, el encierro del Santísimo en el monumento o tabernáculo y las procesiones. La jornada del viernes es la de mayor dolor y penitencia. Las procesiones del silencio invitan a los fieles al recogimiento. Ese día se hace la adoración de la cruz, el sermón de las siete palabras, el desenclavo y las procesiones del Santo Entierro y de la Soledad. También se hacen Vía Crucis o calvarios. El sábado se bendice el agua que los fieles rematada la función llevan en botellas a sus casas para emplearla a lo largo del año en rituales curativos. En esta noche en la actualidad se conmemora la Resurrección del Señor. Todo el ciclo remata el Domingo de Pascua en que seguimos celebrando la Resurrección. Al amanecer tiene lugar la procesión del encuentro de las imágenes de Jesucristo Resucitado y de su Madre. Ese domingo antaño el cura bendecía las casas.


Cada familia ponía a la puerta una mesita con una bandeja encima en la que depositaban dinero o huevos que representaban la paga del cura por el servicio religioso de estos días. La participación de los ourensanos en los actos del culto de Semana Santa fue siempre importante y lo sigue siendo en la actualidad.

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