Coincidiendo con el inicio del curso académico quisiera hacer unas reflexiones sobre la finalidad de la Enseñanza Secundaria. La enseñanza no es sólo una cuestión de trasmisión de conocimientos y saberes sino un amplio campo de actuación interactiva en la que está en juego el desarrollo integral de los individuos de una sociedad culta y madura. La enseñanza y la educación es una actividad que vincula a los alumnos con los profesores y por tanto implica un ejercicio de comunicación.
La educación y la enseñanza en la actualidad se enfrenta al reto de aprender de manera autodidáctica y por cuenta propia. Lo que implica que se proteja su libre ejercicio en todos los aspectos, desde la modernización de las aulas y del mobiliario dotándolas de modernos medios técnicos útiles para el aprendizaje impartido a grupos pequeños, no masificados para que el alumno se pueda promocionar adecuadamente. También implica que modernicemos los métodos de enseñanza, que se destierren las clases magistrales que suponen una estruc tura monológica antes que pedagógica y dialógica. También implica que se recupere el aspecto de la educación integral de las personas, mediante una especie de visión global. No impartiendo una enseñanza parcelada en exceso y más abierta al hombre. También propongo que los centros de Enseñanza Secundaria no estén sólo ni principalmente en función de que el alumno vaya a la Universidad o de aprobar unas oposiciones para ministerios, para una empresa o para superar las pruebas para ingresar en la Guardia Civil o en la Policía, sino en función de adquirir una cultura que capacite al alumno para ser un ciudadano honrado y trabajador.
El profesorado también tiene que saber despertar en los alumnos la vocación investigadora mediante trabajos científicos, dado que los que vayan a la Universidad es necesario que sepan compaginar la docencia con la investigación para no quedarse anquilosados y petrificados en el pasado.
La docencia exige investigar, ordenar, trasmitir los conocimientos y educar. Los profesores deben saber acercar al alumno todos los campos del saber sin despreciar los saberes no experimentales, como son el latín, el griego, la historia y la literatura, campos del saber que hoy se están desprestigiando como inútiles, dado que de esos saberes depende también la construcción de una sociedad culta y compuesta por ciudadanos dotados de sentido crítico para que sepan pensar, descubrir, sistematizar e imaginar nuevos proyectos. Alumnos que sepan apreciar no sólo los saberes experimentales y económicos sino también las artes y las demás manifestaciones del espíritu, y sepan ver y pensar para dilucidar lo que es útil y lo que es inútil, dado que la actividad antieconómica y antiproductiva también radican apectos vitales y sociales, valores sin los cuales el espíritu de la trascendencia y la parte espiritual del hombre queda esclavizada y sometida al materialismo y al hedonismo, y el hombre se convierte en una mercancía que se compra y se vende y en un mero objeto de placer, sin fuerza para reaccionar ante la globalización y ante la deturpación de la riqueza del tercer mundo y de los derechos de los pueblos.
