Opinión

ERASMUS

Si ninguna de las universidades españolas se encuentra entre las cien más prestigiosas del mundo, habrá que preguntarse qué es lo que empuja a los estudiantes europeos con becas Erasmus a elegir nuestro país como destino preferente. ¿Será por el sol, las cañas baratas, el ambiente festivo? No cabe duda. Ocurre, sin embargo, que estos jóvenes que nos vistan como estudiantes y conocen nuestra idiosincrasia y condiciones de vida luego no se instalan como profesionales en nuestro país a pesar de que han tenido un conocimiento satisfactorio del mismo. O sea que no somos capaces de recuperar por la vía de la calidad de vida la fuga de cerebros que padecemos.


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