Opinión

La Feria del libro en Ourense

El año 1984 tenía lugar la primera Fiesta del Libro en la Ciudad de As Burgas. Fiesta que en el año 2008 llega a la XXIV edición. A lo largo de los años, la celebración cambió de lugar varias veces a la par que aumentó o disminuyó el número de casetas. Estuvo instalada en la calle del Paseo y Cruz Roja, pasó a la Alameda del Concello, a la Plaza o Jardines del Obispo Cesáreo y de aquí al Paseo central de la Alameda. Entre los que actuaron de pregoneros en la Feira tenemos que citar a Alfredo Conde (1991), María José Queizán (1992), Luis Otero, O Carrabouxo, Suso de Toro (1996), Pura Vázquez (2000), Carlos Caneiro (2006). Como véis enumero sólo algunos, aunque no sean los más representativos. Se trata de la fiesta de la palabra dado que ese día la calle está matizada de palabras. Es una invitación a la lectura, al gozoso y siempre creativo acto de leer. Es una tradición pero no un negocio.


La Feria del Libro llama a los lectores. Los libros esos días nos interpelan desde sus estantes con sus variadas tentaciones como dijo Otero Pedrayo. Leer es un acto de afirmación de nuestra individualidad.


Las personas que desarrollan la facultad de leer podrán ser libres. En la Feira de 1996, Suso de Toro nos decía que los españoles ocupamos el penúltimo lugar entre los países de la Unión Europea en el índice de lectura. Sólo nos superan los portugueses. Estamos muy lejos los españoles, y de manera especial los gallegos, de tener un índice desarrollado de lectura. Algunos años la feria estuvo destinada a homenajear a un personaje concreto. Sabemos que en el 2004 se le dedicó a Joaquín Lorenzo ‘Xocas’, etnógrafo e investigador.


En la feria del Libro, los libros están de fiesta. A lo largo de los años la gran afluencia de público fue la nota dominante. Año tras año los visitantes acuden masivamente. Se trata de una feria montada con mucho cariño, con esfuerzo y con ganas de que salga bien. La Feria del Libro pretende incentivar a la lectura.


Pero no todos opinan lo mismo a la hora de responder a la pregunta ¿para que sirven los libros’... Yo tengo un amigo, hoy licenciado en Derecho y funcionario de la Administración Pública, que me decía hace muchos años: ‘Enrique, yo sólo tengo un libro que lo uso para tapar la jarra del vino’ y otro que me decía: ‘Los libros tienen muchos usos y sirven hasta para la lectura’. Esto estoy seguro que lo decían sin sentirlo dado que el libro es la obra más trascendental del hombre, porque en él vierte su pensamiento, su sentir y nos trasmite humanidad. El libro es medicina del alma, consolación del espíritu, sabiduría, deleite, alegría, serenidad y fortaleza. El libro modela el alma, da firmeza al cuerpo, robustece la inteligencia, eleva el corazón y ensancha el pensamiento. El libro es supremacía del universo, lugar de serenidad, ejemplo desde donde se contemplan los combates del hombre por la vida y por la gloria. En el libro hallamos el olvido de las penas, la medicina del alma, el consuelo para el espíritu y la serenidad delante de la muerte. El libro cultiva el entendimiento, amplía la comprensión, enriquece los escritos, y fomenta el intercambio de ideas. El libro domina el mundo. Es la obra más trascendental del hombre porque en él se eterniza su pensamiento y su sentir. Muchas veces la lectura de un libro hizo la fortuna de un hombre y decidió el curso de su existencia.


Los libros nos causan los más grandes gustos y los hombres los más grandes disgustos.



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