Opinión

Heridas inflingidas a la Iglesia

A Benedicto XVI, pastor de la Iglesia universal, le duelen las heridas infligidas al Cuerpo Místico de Cristo por los abusos cometidos contra niños y jóvenes indefensos, causadas por parte de miembros eximios de la iglesia ministerial, obispos, arzobispos, sacerdotes, religiosos y religiosas. El problema de las heridas del Cuerpo Místico de Cristo no es exclusivo de un país concreto sino de continentes enteros, como Europa, Asia y África. El abuso contra menores indefensos no es exclusivo de Irlanda. Para solucionarlo necesitamos perseverancia, oración y fe en la acción salvadora de la gracia de Dios. Indefensos, víctimas de la pederastia, abundan en todo el mundo. Es necesario un esfuerzo conjunto para garantizar que los niños estén protegidos. El daño causado a las víctimas y a sus familiares debe ser desterrado. Niños y jóvenes deben ser protegidos de semejantes actos en el futuro. En las últimas décadas la Iglesia ha tenido que enfrentarse a nuevos retos debido a la secularización de la sociedad, y muchas veces también a los cambios sociales que están teniendo lugar en el mundo.

Entre los factores que han contribuido y siguen contribuyendo a este mal debemos enumerar los procedimientos inadecuados para determinar la identidad de los candidatos al sacerdocio, a la vida religiosa; la insuficiente formación humana, moral, intelectual y espiritual en seminarios, noviciados y postulantados.

No basta una preocupación por el buen nombre de la Iglesia, que muchas veces se traduce en aquella frase de “si no sois castos al menos sed cautos”. Es necesario poner los medios para evitar estos daños y para erradicar sus raíces. Las ofensas cometidas han traicionado, y de esto debemos responder ante Dios. El Papa también se queja de los métodos empleados para responder a estos problemas, dado que no se solucionan ocultándolos. Las iglesias locales deben iniciar un camino de renovación con la gracia de Dios y nos pide que no escatimemos esfuerzos para mejorar las situaciones que estamos viviendo.

El Vaticano no ha investigado, solamente ha encubierto, y pide intransigencia con el pecado de la pederastia e indulgencia con las personas. Pide perdón para el pecador e intransigencia con el pecado. Tengo que afirmar que la “corrupción” y la “suciedad” de la Iglesia están derrotando al Pontífice, Vicario de Cristo en la Tierra.

Te puede interesar