Opinión

La Iglesia pierde poder

Son muchos los temas en los que la Iglesia oficial ha perdido el poder que tuvo siempre sobre las conciencias de los fieles creyentes, pero en ningún caso se ve tan claro esta pérdida como en el campo de los avances médicos en la genética, en la eutanasia y en los cuidados paliativos. En la actualidad, los puntos de vista de la jerarquía sobre el aborto, sobre el control de la natalidad, sobre la eutanasia y los cuidados paliativos difieren de los puntos de vista de la ciencia y de los planteamientos del hombre actual. No podemos olvidar que la Iglesia no sólo es la jerarquía, también es el pueblo que muchas veces resulta más sensato que la jerarquía misma. La Iglesia tiene poder ‘in docendo’ y el pueblo lo tiene ‘in crecendo’.


El proyecto de Ley del aborto en España, aprobado en 1985 y ampliado en septiembre del 2009 en el Congreso y que dentro de unos días se hará Ley, amenaza con transformarse en una manifestación político-ideológica. La Ley que aprobó el Gobierno a finales de septiembre del 2009 sobre el aborto es un paso más sobre lo que Roma ha llamado ‘Fundamentalismo Laicista’, y con peligro probable de contagiar el resto de los países de Europa. La Ley del Aborto en España había sido aprobada en 1985, pero ahora se amplía el derecho al aborto que en aquella Ley estaba permitido en tres supuestos: peligro de la madre, violación y anomalías fetales. En la nueva Ley, la legalidad marca los tiempos o plazos y da autonomía a las menores de 16 a 17 años para poder abortar sin conocimiento de los padres o tutores, para así evitar interferencias determinantes en la toma de decisiones de los jóvenes.


El Gobierno, con esta Ley que trata de implantar, lo que busca es homologar a España con las legislaciones de los países europeos más avanzados sin tener en cuenta la consideración moral ni ética. En los diversos países europeos, la Ley de plazos está establecida así: Francia, Bélgica, Alemania y Rumania (14 semanas), Italia y Suecia (14 semanas), Austria, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia y Escocia (12 semanas), Países Bajos (24 semanas). El Gobierno español propone una ley que permita abortar en las primeras 14 semanas.


Los prelados defienden que considerar la interrupción del embarazo como un derecho es una fuente envenenada de inmoralidad y llama a los católicos a la manifestación que tendrá lugar hoy para mejorar la nueva norma. Se trata de una manifestación por la vida de la mujer y de la maternidad. Les manda a los católicos manifestar su compromiso con el derecho a la vida y con la mujer embarazada para evitar que se degrade aún más el ya precario e insuficiente compromiso de la actual legislación española en el derecho básico a la vida, y por esto la manifestación pide la retirada del anteproyecto de la Ley del Aborto, el impulso de una red solidaria de apoyo a la mujer embrazada y el compromiso del ordenamiento jurídico y las políticas públicas, la promoción de una pedagogía de la cultura de la vida y la protección del derecho de la maternidad.


La Conferencia Episcopal ya antes le había pedido a los diputados católicos que votasen en contra de la reforma de la ‘Ley de salud sexual y reproductiva e intervención voluntaria del embarazo’ y dar su voto a este texto porque es un serio retroceso de la vida. Decidir abortar es optar por quitar la vida a un hijo ya concebido. Abortar nunca es curar, y por ello dice que la cultura del aborto está abordada en el texto en términos de salud reproductiva. El embarazo no será nunca de por sí una enfermedad aunque pueda llevar implícitas complicaciones de salud, y por ello abortar nunca es curar sino matar.


José Blanco nos dice que es una hipocresía de la Iglesia y del PP, dado que el proyecto presentado por el actual Gobierno no difiere casi en nada de la ley que está en vigor en la actualidad. Ley que gobiernos de derechas pudieron suprimir cuando estuvieron en el poder con Aznar, pero no se atrevieron para no perder votos en una contienda electoral.


Los obispos tienen el mismo derecho a pronunciarse que los abortistas. Tienen la obligación de predicar sus creencias y tienen el mismo derecho que cualquier ciudadano español a pedirle que no la voten, por ello lo que dijo la vicepresidenta española: ‘la Iglesia no sabe cual es su lugar’ no tiene sentido. Según la Conferencia Episcopal Española, la mujer y los médicos que han interrumpido el embarazo quedan automáticamente excomulgados. Este es el juicio que los obispos españoles hacen de la ampliación del aborto.

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