Opinión

La procesión de San Roque debe suprimirse

El 22 de septiembre de 1679, el corregidor da cuenta a la ciudad de haber recibido una carta-orden de S.M. despachada el 17 de agosto en la que le comunicaba que para implorar la divina misericordia ante el contagio de peste que padece Andalucía manifiesta que en todos los lugares del Reino se ponga y asiente por acuerdo en los libros capitulares de los ayuntamientos y concejos dado que son días de fiesta de guardar. El Real Mandato se ha cumplido en la capital y en las villas del Obispado quedando así instituida la fiesta y novena de San Roque.


Pronto las fiestas de San Roque o del ‘Santo do Can’ alcanzaron en la ciudad de Ourense gran solemnidad. Los mayordomos de San Roque tenían obligación de preparar la fiesta y de dar comidas a los hermanos cofrades, de lidiar toros y de hacer comedias con el auxilio y la cooperación del Reverendísimo Prelado y Cabildo. De tales comidas sobrevinieron múltiples abusos y desórdenes, por ello en 1682 el Ayuntamiento decreta la prohibición. Pero desde el año 1718 volvieron a cobrar vida las fiestas.


Con el paso del tiempo, con la desamortización y por otras causas, dichos actos se fueron ‘fosilizando’ y en la actualidad la procesión de San Roque más parece un acto del ‘Santo Entroido’, dado que sólo acuden algunos canónigos de la Catedral. Ante la situación de abandono que se viene arrastrando, para dar la sensación de que acudía gente a dicha procesión, pusieron a San Roque como patrono de la Policía Local, pero aun así no se solucionó el problema, dado que como pudimos leer en La Región del 17 de agosto de 2008, de los 27 concejales que integran la Corporación Municipal, del PSOE no asistieron más que tres; del PP cuatro, y del BNG ninguno, dado que ese grupo político tiene como tradición el no participar en ‘actos religiosos’. Hubo además un vacío de poder total en el ámbito protocolario y el ‘bastón de mando’, símbolo del poder de la ciudad no estuvo presente por no haber asistido el ‘alcalde ni el vice alcalde’.


Se está llegando en Ourense a una situación similar o idéntica a la que está sucediendo en Compostela, donde el ‘Día del Apóstol’ también se celebra el ‘Día da Patria Galega’. Pero como en Compostela todos quieren apuntarse a la ‘foto’ y además hay más canónigos que en Ourense y muchos peregrinos, no se nota tanto el ‘vacío’.


Creo que está llegando, mejor ya ha lle gado, el día de hacer en Compostela todos unidos dos celebraciones distintas: una, el ‘Día del Apóstol’ y otra el ‘Día da Patria Galega’. Pongámonos de acuerdo para no dar la sensación de enfrentamiento político-religioso y de vacío total como sucede en Ourense, donde los que contemplamos la procesión como espectadores mudos y pasivos aquello nos parece más una ‘mofa’ o una procesión del ‘entierro de la sardina’, más que ‘do Santo do Can’.


Sólo nos falta que el día de San Roque a la misma hora nos hicieran un acto en homenaje al ‘Can’ en el paraje denominado ‘Salto do Can’ o ‘Santo do Can’ y otros siguiéramos con la actual procesión, que como dejamos dicho no es más que una ‘mofa’, un carnaval y una ‘irrisión’, pues aquello que cantamos en los gozos del santo: Líbranos de peste y males / Roque, santo peregrino... ya no tiene sentido religioso ninguno, pues todos estamos ausentes del desfile procesional en honor al glorioso San Roque.


No quiero que vean a mis palabras una falta de fe o una irreverencia, dado que soy un sacerdote ‘con mucha fe’. Yo lo único que busco es que los responsables valoren el voto a San Roque o que lo suprimamos.



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