Opinión

El proyecto hombre

El ’Centro Galego de Solidaridade’ es una organización sin fines lucrativos aconfesional y apolítica, que tiene como principal finalidad trabajar de una manera nueva en la ayuda de los jóvenes drogadictos. Se propone la creación de modelos de prevención. A través de estudios busca documentación y reuniones de educadores y de operadores sanitarios. Colabora con las instituciones públicas para lograr un trabajo más efectivo. Intenta poner en marcha un programa terapéutico a favor de los toxicómanos y de sus familiares con instrumentos que hacen posible una intervención personalizada. En Galicia, en el año 1990 comenzaba a funcionar el ’Centro Galego de Solidaridade’, el cual ofrece un plan de intervención llamado ’Proyecto Hombre’, dado que centra su interés en la persona, en sus deficiencias, necesidades y aspiraciones. Se trata de un proyecto ya con muchos años de experiencia en otros países. Nos decía hace años Ramón Gómez Crespo, un cura ourensano presidente del Proyecto Hombre de Galicia, que el programa será apolítico. El ’Proyecto Hombre’ va dirigido a todas las formas de toxicomanía. Se trata de un programa de recuperación y de rehabilitación. Rechaza el método de las drogas así como el uso de sus sustitutivos terapéuticos en forma de drogas, fármacos o alcohol. El ’Proyecto Hombre’ le da una gran importancia a la persona en toda su problemática psicológica, social, legal y sanitaria. Parte del convencimiento de que el fenómeno de la droga es consecuencia de una serie de graves problemas personales y sociales, o síntoma de una crisis de identidad y de relaciones interpersonales y sociales y el intento de resolverlas. Por eso elige una solución dirigida a la persona en toda su integridad. Es un programa terapéutico-educativo nacido en Roma en 1979. El iniciador del proyecto fue Mario Pici. Este programa sostiene que el drogadicto tiene una dependencia global, pero que el toxicómano puede liberarse dado que no existen irrecuperables. El proyecto se estructura en tres fases: Centro de Acogida: Es el lugar del primer encuentro del toxicómano con el programa. Esta primera fase se hace en régimen de internado. Su objetivo es que el joven encuentre la motivación y la fuerza para iniciar el camino de la recuperación.


Comunidad Terapéutica: Continúa su camino de crecimiento personal. Allí vivirá un proceso educativo que le ayudará a conocerse en profundidad y a descubrir las causas de sus comportamientos negativos. Tambén se hace esta fase en régimen de internado.


Comunidad de Recuperación: Es la última fase del programa. La finalidad de esa etapa es que el joven vuelva a insertarse poco a poco en la vida social y familiar asumiendo responsabilidades. Para alcanzar esto tiene que hacerse un gran trabajo de resocialización.


El trabajo con las familias es un pilar fundamental, importantísimo en este programa terapéutico. Paralelamente al acercamiento al joven se da un proceso semejante en la familia. De tal modo que al final del proceso todos puedan establecer relaciones nuevas y responsables.


Te puede interesar