Opinión

La violencia contra la mujer

Las mujeres son la mitad de la población del planeta. De ellas, un elevado porcentaje sufre a diario diversas formas de acoso y de violencia. Además esta situación de violencia, lejos de disminuir, aumenta cada día que pasa. Entendemos por violencia todo acto violento contra el sexo femenino que tenga o pueda tener como resultados daño o sufrimiento físico y psíquico tanto en la vida pública como en la privada, causada por el mero hecho de ser mujer. La conducta violenta tiene muchos aspectos tales como: violencia física como empujones, ataques con objetos o armas y golpes; violencia sexual: comentarios, gestos sexuales no deseados, exigencias sexuales bajo presión o amenaza, burlas acerca del cuerpo de la mujer y agresiones sexuales. Incluimos también aquí el abuso sexual a los niños en el hogar, la violación por parte del marido, la mutilación genital femenina, actos de violación por parte del marido, el acoso, la intimidación en el trabajo y en las instituciones educativas, la trata de mujeres y la prostitución forzada; violencia emocional como son las amenazas, los insultos, las burlas, los gritos, las humillaciones, las sustracciones de dinero o de objetos, autoritarismo o cualquier otro comportamiento que origine tensión permanente.


La violencia afecta no sólo a las mujeres pobres o a las del tercer mundo, sino que afecta también a las de todos los grupos raciales o económicos. Es cierto que en los países desarrollados las estadísticas son más escasas, pero en ningún grupo cultural o social se puede menospreciar la gravedad del problema. En los últimos 30 años se pusieron en todo el mundo 6.000 denuncias policiales anuales por actos sexuales. Se calcula que sólo se denuncian el 10 por ciento de los casos. La forma más frecuente y explícita es la violencia física, los golpes y los empujones, pero la violencia doméstica reviste otras múltiples formas tales como agresiones verbales, restricciones de libertad y conductas que llevan a la disminución de la autoestima de la mujer.


La discriminación contra la mujer tiene consecuencias devastadoras. Las diferentes formas de discriminaciones y violencias causadas producen a diario más muertes de mujeres y niños que ningún otro tipo de abuso contra los derechos humanos. A causa de la discriminación se produce a cada instante algún caso de violencia doméstica contra las mujeres.


Se impone un nuevo orden internacional. Para ello hay que denunciar el hecho de que los gobiernos de los países más ricos no acaban de comprometerse en la lucha contra la discriminación por razón de sexo o de razas.



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