Opinión

Canto a la humildad

Según Feijóo en la reunión con Sánchez no le han hecho ni caso

En la primera reunión mantenida por el presidente Sánchez y quien en su momento puede ser su rival en la disputa  de una habitación en el palacio de la Moncloa, el primero de ellos le ha dispensado al segundo un trato muy parejo al que él mismo recibió de Joe Biden cuando se empeñó en mantener con él un encuentro bilateral que se despachó sin más y por la tremenda, en el breve trayecto del primero a la desesperada búsqueda de un mingitorio. Alberto Núñez llegó de visita con un zurrón cargado de propuestas centradas en materia económica que pretendían enjugar en la medida de lo posible el tétrico panorama que padece el español de a pie al que le han subido los carburantes, la luz, las materias primas, la cesta de la compra, los trasportes y cualquier cosa que uno pueda representar en el pensamiento por muy disparatado que parezca.

Según el gallego, la reunión ha sido desoladora porque no le han hecho el más mínimo caso. Pedro Sánchez no se había preparado la reunión, no le interesó nada la aportación de Alberto Núñez y disolvió el encuentro manifestando que subía la presión fiscal como le daba la gana y que ya vería él cómo repartía esos caudales. Eso sí, le amonestó seriamente por permitir un pacto con Vox en Castilla-León sin tener en cuenta ni por un momento los acuerdos que él mismo ha aceptado para poder gobernar, mantener la presidencia y aprobar sus presupuestos. Estos hechos, recordó Feijóo, incluyen un acuerdo con Podemos para gobernar el país, uno con Batasuna en Navarra, y varios con diferentes fuerzas independentistas que mantienen gobiernos como el mallorquín además de contribuir a la gobernanza a cambio de cesiones en materias políticas, fiscales y presupuestarias.

El problema ya no solo es el desplante infringido a quien a partir de ahora es el jefe de una oposición que representa a la mitad del país, sino el persistente empeño del presente gobierno por legislar con marcado carácter invasivo. Por ejemplo y por decreto y sin que nadie lo pida, el pan es, a partir de ayer, algo más soso. No se respeta que existan personas a las que el pan les guste salado ni se tiene en cuenta la libertad de elección permitiendo las dos opciones aunque la menos saludable se venda por ejemplo, más cara. Y así al infinito. La nueva enseñanza de la Historia de España es decididamente tendenciosa, manipuladora y vergonzante y se ha establecido por decreto. Y así seguimos gobernando nimiedades al trágala mientras el país se empobrece y se desangra. 

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