Opinión

Peticiones del fiscal

La Fiscalía Anticorrupción ha hecho públicas las peticiones de condena que presentará ante el tribunal que juzgará a los más de cuarenta cargos públicos acusados de malversar dinero público –más de setecientos millones de euros según el propio informe del ministerio público- en Andalucía. Se trata del famoso procedimiento de los ERE que ha fluido durante mucho más tiempo de lo debido y necesario, y cuyo final se acerca afortunadamente después de aparecer y desaparecer en virtud de una lamentable manipulación política que ha dilatado su resolución durante años. El grueso de esta instrucción le correspondió a la jueza Mercedes Alaya, quien inició la cadena de imputaciones a altos caros de la Junta de Andalucía a contracorriente, y afronta su último tramo destacado por la petición que afecta a dos antiguos presidentes del gobierno andaluz, Manuel Chaves y José Ignacio Griñán, y a varios ex consejeros de su ejecutivo. El fiscal pide para Griñán seis años de cárcel porque le acusa de malversación. Para el resto, Chaves, Magdalena Álvarez y otros destacados personajes del socialismo andaluz, pide inhabilitación y la asunción solidaria de las cantidades detraídas porque solo se les acusa de cohecho.

La situación planteada por el caso de los ERE es, por otra parte, muy singular. El análisis efectuado desde algunos sectores de la opinión pública es indulgente porque se tiende a calificar este manejo dinero como un fraude socializante. Esto es, el hecho de destinar esta fortuna distraída y no recuperada a mejorar los retiros, las pensiones, las retribuciones de desempleo u otras prestaciones, a trabajadores y en general a clase de tropa especialmente vinculada a sindicatos y organizaciones obreras. El reparto se ha organizado de forma completamente irregular y se han cometido delitos para concretarlo y esas visiones complacientes de algunos sectores de opinión son en definitiva, falsas y partidistas. Griñán no se ha lucrado, Chaves no se ha lucrado, Magdalena no se ha lucrado… Puede ser, y serán los jueces los que lo determinen, pero esta red de distribución de dinero a manos llenas ha fomentado el clientelismo y ha colmado los bolsillos de los que ha querido. Lo de los ERE ha sido un impresentable y continuado golfeo, con vacas, farlopa y putas de por medio. El final de esta vergüenza eterna se acerca.

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