Opinión

Política a la francesa

El socialismo europeo afronta una inaplazable tormenta política

El resultado de las votaciones de primera vuelta para las presidenciales de Francia ha puesto de manifiesto un sucinto pero importante catálogo de novedades que van a explicar al resto de los europeos por dónde van a discurrir las cosas de aquí en adelante. Este primer tramo del nuevo milenio nos ha conducido a territorios desconocidos en el comportamiento político, financiero, cultural y social que a muchos ya nos supera sobradamente pero que afecta, sin duda, a las nuevas generaciones, cuyas pautas de actuación son objeto de un profundo cambio. La sociedad del siglo XXI y especialmente sus más jóvenes generaciones se asomarán a universos nunca vistos cuyos primeros atisbos se están manifestando ya a estas horas.

El matiz más susceptible de reflexión en este complejo escenario político que hoy es Francia, viene sin duda alguna de la mano de la izquierda tradicional, cuyo sorprendente fracaso –una hecatombe sería más justo denominar- establece la necesidad absoluta de que el socialismo europeo que los nuevos alemanes de posguerra convirtieron en socialdemocracia, afronte una inaplazable tormenta política que lo rescate del marasmo. Seguramente este es uno de los argumentos que se está imponiendo en el compromiso político continental y que caracteriza el fracaso de los partidos tradicionales. Hace ya algún tiempo que la purga aplicable a las viejas tendencias y divisiones ideológicas de antaño han eliminado de muchos mapas electorales a sus más añejos y reconocidos representantes. En Francia, esta primera vuelta  ha expresado con notable propiedad que la tendencia se impone. 

En Francia, la izquierda de salón –la izquierda caviar que marcó tendencia y se hizo llamar la “gauche divine”, por algo será- siempre estuvo bien representada, gobernó con frecuencia y escaló con notable presteza las cotas del arraigo social, hasta que han llegado estas urnas y la han decapitado. 

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo que aspiraba al Eliseo, no ha obtenido ni el 2%, la han votado 604.000 electores y ocupa el tercer lugar empezando por la cola. De hecho, el nuevo rostro de la izquierda, Melenchon, es un rebotado del PS que se ha presentado bajo las siglas de Francia Insumisa y no se ha clasificado. Los partidos que han concurrido a esta cita tienen nombre exóticos, no representan a una filiación estricta y aún están por definir incluyendo el que representa a Macron. Estamos en otra época. Que lo sepan todos.   

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