Opinión

Secretos desvelados

El voto de la formación nacida del brazo político etarra ha aprobado la propuesta de Sánchez

La caótica situación a la que nos han conducido unos partidos políticos sin el menor rastro de sensatez y responsabilidad acaba de alcanzar sus cotas más altas de insensatez y disparate. Es famosa la aseveración de Groucho Marx, quien acuñó para la posteridad una frase definitiva y cáusticamente demoledora: “Nunca perteneceré a un club que cuente entre sus socios a un sujeto como yo”.

Puede aplicarse con entera propiedad este pensamiento punzante a un escenario patidifuso en el que el partido gobernante y en respuesta a un auténtico chantaje orquestado por el nacionalismo independentista, le ha abierto las puertas del Centro Nacional de Inteligencia a una formación secesionista y heredera de la banda terrorista ETA además de entregar en bandeja de plata para que sean trituradas más tarde o más temprano las cabezas constitucionalistas de la directora del centro y la ministra de Defensa su última responsable.

El Gobierno ya levantó la veda propiciando el acceso a los más preciados secretos del Estado a un partido como Podemos, confidente demostrado de Maduro en Venezuela y por tanto, de la Rusia invasora y asesina de Putin. Ahora accede a poner el material más recóndito y necesario de discreción máxima a disposición de aquellos que precisamente basan todo su código de comportamiento en destruir el Estado que el CNI garantiza y custodia por imperativo de nuestra Carta Magna. Entran a saco en la parcela última del CNI, Bildu y los independentistas catalanes.

La demencia a la que nos ha conducido este desastroso equipo permite asistir a situaciones delirantes. Si Sánchez se negó a aceptar cualquier propuesta formulada por el PP que le pedía moderación tributaria como paso previo a su apoyo al paquete de medidas anti crisis, el Gobierno no quiso pensar en otra cosa y levantó el teléfono para pactar con Bildu.

El voto de la formación independentista vasca nacida del brazo político etarra se ha encargado de facilitar la aprobación de la propuesta formulada por Sánchez. La contrapartida que se sospecha pone los pelos de punta porque ofrece  información secreta y material inflamable a aquellos cuyo fin último ha sido sangre, muertes, secuestros, chantaje, extorsión y bombas. Los asesinos que practicaron este método se han reciclado y ahora se sientan en las bancadas del Hemiciclo de la Carrera de san Jerónimo. Y entran en el CNI. Lo que faltaba.

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