Opinión

Sintonía geopolítica

La discusión entre Gobierno central y regionales es permanente y evidente

Sobre los aspectos de nuestro sistema geopolítico que más llaman la atención de los foráneos seguramente es el principal aquel que muestra la absoluta falta de sintonía entre el Gobierno central y la mayor parte de los gobiernos regionales en cuestiones en las que deberían estar de acuerdo para no producir graves problemas de administración y generar buen gobierno. No hace falta ser de fuera –algunas conversaciones he mantenido yo con visitantes que se mostraban sorprendidos ante este frecuente galimatías que se adivina tras la configuración autonómica española- para sopesar tan sorprendente panorama. Basta con echar una ojeada somera a las portadas de los periódicos. 

Los independentistas catalanes amenazan con romper el equilibrio gubernativo sino se establece una comisión que investigue si han sido espiados por el CNI, Sanidad instruyó el retiro de las mascarillas sin haber obtenido el beneplácito de los gobiernos autonómicos, la comunidad de Murcia instaura una ESO alternativa a la del Gobierno en la que se implantará un programa de Historia muy superior en extensión al del ministerio, la recién iniciada legislatura castellanoleonesa pretende rebajar los impuestos en abierta contraposición al modelo gubernamental que se niega a aceptar las propuestas gallegas de Feijóo que aboga por el descenso impositivo… Y así, hasta el infinito.

La discusión es permanente, evidente, prolongada y extendida a varios aspectos aparentemente imprescindibles de sintonizar si a lo que se aspira es a gobernar con prudencia, efectividad y tiento. Al más que sospechoso y endémico asunto del tratamiento de la pandemia –basta que la ministra de Sanidad haya eliminado la necesidad del uso permanente de mascarillas para que Asturias dictamine la necesidad de mantenerlas- hay que añadir ahora el momento bajada de impuestos que ya ha sembrado un nuevo clima de conflicto entre la cartera de Hacienda y varias autonomías. Rizando el rizo del disparate, ahora resulta que las autonomías de tendencia conservadora son las que enarbolan la bandera de la bajada fiscal mientras el Gobierno de izquierda y sus gobiernos regionales se niegan a este proceso y defiende no solo mantener el calendario actual del contribuyente sino que prefieren elevarlo, un tratamiento que la ministra Montero considera el colmo del progresismo. 

No me extraña que los extranjeros estén hechos un lío.

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