Opinión

SANTA RITA ¿ABOGADA DE IMPOSIBLES?

Todos los días acuden devotos a orar ante la imagen de santa Rita en la Catedral, adornan su imagen con flores y depositan plegarias escritas en los dos buzones.


El que escribe conoce y ha participado en celebraciones del santuario de Casia y es testigo de la multitud de fieles que reciben allí el perdón.. Son frailes agustinos quienes atienden pastoralmente el santuario y se centran en la Eucaristía bien participada y en el sacramento de la reconciliación.


No dudo de que, en nuestra Catedral, alguna gente que visita a santa Rita participa en la Eucaristía y tal vez también se confiesa. Pero ¿qué decir de la oración u oraciones que formulan? No pretendo desprestigiar, sino corregir, purificar y mejorar la devoción a esta santa. Remito a la oración 'modelo' que los devotos depositan en los buzones. Dice así: 'Tú que eres abogada de lo imposible/ consuela mi pobre corazón/ y confiado en la misericordia que tienes con los pecadores/ alcánzame el favor y la gracia que te pido (la que sea)/ de corazón te prometo rezar/ un Padrenuestro y cinco avemarías/ y llevarte esta oración a la iglesia durante veinticinco días/ en ofrenda para propagar tu devoción/ y la de san Antonio'.


A la oración se acompaña esta petición: 'Se ruega a la persona que recoja esta oración haga 25 copias y las lleve a la iglesia una a una, dejándolas en sitio visible y rezando a la santa la oración. Antes de 25 días recibirá la gracia por difícil que ésta sea. Hágalo, no se arrepentirá'.


La oración a santa Rita confirma lo que más claramente explica el ruego a la persona que recibe la oración escrita. Y ¿qué decir de lo último? Que se trata de un acto supersticioso y de magia. Santa Rita y ningún otro santo pueden garantizar que, rezando esta oración y llevando a la iglesia 25 copias de la misma, se producirá el efecto deseado. El que lo haga 'no se arrepentirá', pero el 'automatismo', hago esto y santa Rita concede infaliblemente la 'gracia', es magia pura, que no tiene nada que ver (sino la apariencia) con el acto de la oración cristiana.


Añado: ante cualquier deseo o necesidad de gracia, lo correcto es ponerse a bien con Dios confesándose si no lo está y orando con humildad y constancia a Dios, pero dejándole la libertad para que haga lo que Él crea conveniente y lo que a cada uno le convenga.


Con frecuencia, lo más conveniente no es lo que nosotros le pedimos. Creer y actuar así, es más costoso para nosotros y más agradable a Dios, a la Virgen y a santa Rita.


Es necesario en la Iglesia purificar muchas costumbres incorrectas que se introducen y que, lejos de ser exponente de la fe, rozan o son verdadera magia, en contra de lo que la Iglesia desde siempre ha sostenido. Por bien de la verdadera fe deben corregirse muchas de estas costumbres. De lo contrario estaríamos escandalizando a los fieles. Está claro.

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