Opinión

Dos mujeres para quitar el sueño a Trump

Las elecciones de mitad de mandato han dado un vuelco a la situación de comodidad con la que gobernaba Trump, con mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes. El “midterm” sin embargo trajo un cambio de tornas: los demócratas tuvieron mayoría en la Cámara de Representantes y acaban de nombrar presidenta a Nancy Pelosi. 
Un hueso duro de roer. Pelosi, que en el 2006 se convirtió en la primera mujer en presidir la Cámara Baja, tras ocho años como parlamentaria ha vuelto a repetir la hazaña. Porque es una hazaña convertirse en la mujer más poderosa de Estados Unidos a los 79 años de edad. Poderosa por el cargo que ocupa, ya que el Parlamento de Estados Unidos puede bloquear cualquier iniciativa del gobierno, y poderosa porque su experiencia parlamentaria es de muy largo recorrido. 

Conoce mejor que nadie cómo funciona el Capitolio, sabe de qué manera hay que plantear las negociaciones para que sean un éxito, cuales son los personajes que hay que “tocar” para conseguir los votos necesarios con los que bloquear o sacar adelante un proyecto –en Estados Unidos los parlamentarios tienen libertad de voto- y conoce también perfectamente los resortes que conviene tener bien engrasados en Washington para hacer alta política. Qué despachos se deben frecuentar, a qué recepciones acudir, en qué cenas no se puede faltar.

Si Pelosi está en condiciones de colocar a Trump en una situación complicada –de momento se niega a que la Cámara de Representantes dé luz verde a los miles de millones de dólares que quiere Trump para construir el muro fronterizo-, el Partido Demócrata ha conseguido también en las elecciones del pasado noviembre que se siente en el Parlamento una jovencísima política que ha encandilado a su partido y a un porcentaje muy alto de ciudadanos que han quedado “atrapados” por la fuerza arrolladora de Alexandría Ocasio, una neoyorquina con orígenes puertorriqueños, licenciada en la Universidad de Boston y un sólido compromiso social. Sin cumplir todavía 30 años es la parlamentaria más joven que ha pisado nunca el Capitolio. Los republicanos, conscientes de su potencial, han intentado desprestigiarla llevando a las redes un video de cuando estudiaba en Boston y bailaba con algunos de sus compañeros al ritmo del grupo Phoenix. En contra de lo que esperaban sus detractores, el video ha entusiasmado a la mayoría de los estadounidenses y a Ocasio, que ha dicho que “si los republicanos se escandalizan ante una joven bailando, a ver qué sienten ante una parlamentaria bailando”.
Trump, con la administración paralizada por la falta de presupuesto, afronta la segunda mitad de su mandato con asuntos judiciales pendientes … y con dos mujeres potentes y sin complejos dispuestas a plantar cara a su forma de ejercer el gobierno.

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