Opinión

Reconstruir Irak

En el Foro Económico Mundial celebrado hace dos semanas en Davos, el primer ministro de Iraq, Al Abadi,  explicó que su país necesitaba 100  mil millones de dólares para su reconstrucción.  

Era casi una advertencia:  Iraq se encuentra devastado  después de tres años de ocupación  y guerra contra el Ejército Islamista,  y aunque esa cantidad va a ser cubierta en parte por los propios recursos de Iraq –segundo productor de petróleo de la OPEP-,  necesita la ayuda internacional no solamente para proceder a la reconstrucción de infraestructuras,  centros logísticos, hospitales, colegios, aeropuertos y viviendas,  sino que lo prioritario es que esa reconstrucción se haga con visión de futuro,  pensando en la necesaria estabilidad del país, que es lo que puede garantizar la estabilidad de una región convulsa, asolada por el ISIS pero también por la pobreza y el déficit educativo. 

Al Abadi pretende que la reconstrucción vaya en paralelo a un nuevo modelo político y social, incluso señaló  la importancia de que los que hoy son niños y han vivido en primera persona la ocupación  y la violencia de los yihadistas,  deban tener una educación potente para superar el trauma y contribuir a crear un nuevo Iraq pues, en caso contrario, se perderá toda una generación.

La ONU, Unión Europea y el Banco Mundial  han recogido el guante de la reconstrucción y, este lunes, se ha puesto en marcha en Kuwait una Conferencia Internacional de Donantes para analizar el futuro de Iraq y cómo abordar su reconstrucción.

La importancia de ese foro se advierte en sus participantes, con el secretario general de la ONU Antonio Guterres, varios comisarios de la UE, ministros de Asuntos Exteriores y Economía de más de medio centenar de países y las más altas autoridades de los países del Golfo.  

Estados Unidos no ofrece ayudas directas, pero sí ha prometido promover la participación de sus más importantes empresas en Iraq, y desde Arabia Saudí se ha hecho un llamamiento generalizado a participar en ese proyecto gigantesco,  con el argumento de que solo un Iraq estable garantiza una región estable.

A nadie se le escapa que tanto a los saudíes como a los estadounidenses interesa además un Iraq fuerte que haga de contrapeso de un Irán cada vez más sólido e influyente.

Las imágenes que circulan por el foro de Kuwait son estremecedoras, casi se podría decir que Iraq no existe, está todo por hacer tras el paso del ISIS. Pero hay un dato positivo que se superpone a esas imágenes: la propia celebración de la Conferencia indica que, al menos en Iraq, el DAESH ha sido abatido.

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