A la tabernera, mujer de carácter indomable que a veces también ejerce de boticaria, ayer le dio por hacer de tertuliana. Tenía al personal del abrevadero descolocado porque acostumbra a callarse sus opiniones sobre política, fútbol o religión. Sobre todo cree en el tintineo de las monedas en la caja y la novedad despertó el interés de la peña. "Seguro que es de la Marea o de Podemos", apostó un cliente antes de escuchar la prédica. "Qué va, le pone ojitos a Pedro Sánchez", bromeó el colega de barra.
Ni los que la conocen desde hace más tiempo la hubiesen alistado en el bando conservador, pero ella se despachó con ganas contra el gobierno de Marea Atlántica en A Coruña desbaratando los pronósticos que la situaban en filas llamadas progresistas, pese a que Mariano Rajoy considere esta calificación como un exceso poético: "Ya es lo último que nos faltaba con la Marea.
Le ha rebajado el dinero a las comparsas de 3.000 euros a 1.500". El comentario a algunos les causó estupor no por el recorte, sino por la pasta que el Concello asignaba a comparsas mientras en otras partidas de más necesidad social podaba sin demasiados miramientos.
El argumento de la tabernera se centró en el retorno económico para la hostelería de una fiesta tan bullanguera como el Entroido, pero de los casos de corrupción que enfangan al PP en Valencia, Almería, Madrid... no soltó ni una queja. Al rato salieron los datos de la última encuesta del CIS que señalan al PP como la fuerza más votada en caso de que se repitiesen las elecciones con un porcentaje de apoyos similar al del 20-D y augura que Podemos le pasaría por la izquierda al PSOE. Lógico que Rajoy e Iglesias deseen una nueva carrera
