Dariel Revolta, de la fisioterapia a la cocina, Cuba en el recuerdo cada día

LA NUEVA OURENSANÍA

Reside en Ourense y viaja todos los años Dariel Revolta Yero a su Camagüey natal, donde dejó a su madre y sus dos hijas. Allá era fisioterapeuta, aquí trabaja en hostelería. Su día a día se sucede aquí, no obstante en su pensamiento, siempre habrá lugar para Cuba.

Miriam Blanco | Marta Vázquez

Publicado: 21 mar 2025 - 04:00

LA NUEVA OURENSANÍA | Dariel Revolta, de la fisioterapia a la cocina, Cuba en el recuerdo cada día | La Región

No por su físico, sino por su inconfundible acento, descubrimos al cubano Dariel Revolta Yero una mañana de compras en el centro ourensano. Le estuvimos poniendo indiscretamente la oreja a una conversación que tenía a la puerta de un comercio, y en cuanto acabó su charla, le dimos caza. “En Cuba hay de todo, blancos como yo, negros, mulatos… de lo que hay poco es del rastro aborigen porque los españoles fueron tan rápidos en la conquista que no les dio tiempo a mezclarse”, comenta. Una forma elegante de hablar del exterminio históricamente documentado de las Indias que nos da por llamar colonización.

Dariel Revolta
Dariel Revolta | La Región

Pero no nos metamos en camisas de once varas con estas reflexiones en el día que está Dariel comprando esas y otras prendas. “Aprovecho que vuelvo una vez al año a mi país, para llevar ropa, medicinas, allí hoy no se puede conseguir nada”, comenta. Licenciado en fisioterapia dejó en la isla a su madre y a sus dos hijas gemelas, a Ourense emigró con su actual esposa. “Aquí se me hace imposible ejercer, me he dedicado siempre a la hostelería, es a lo más que puedo aspirar”, declara. Trabaja en un establecimiento de comida para llevar en la rúa Ervedelo, donde también reside, todo le queda cerca. 

Fisioterapeuta en su tierra

“Se dice que en Galicia no hay suficientes fisios, médicos o enfermeros, pero es muy difícil homologar los títulos”, opina. Comenta Dariel una realidad que no nos pasa desapercibida. Imposible el papeleo, pero también conciliar jornada laboral con los estudios cuando uno tiene que ganar para comer, y mandar dinero a Cuba. En cuanto a las diferencias en su profesión entre su país y Europa, considera que aquí se asocia en muchos casos más al bienestar y allí está en la salud pública, también de manera preventiva.

Llegó a Ourense porque tenía amigos con ascendiente gallego, él es bisnieto de canario y ya tiene la ciudadanía. Hablamos con él de queso cubano y del de Arzúa, y de dulce de guayaba versus la carne de membrillo. “Nuestro queso es de vaca y muy natural, artesano, allí las vacas solo comen hierba, por eso su sabor es especial”, opina. Comenta Dariel que desde su país no se puede importar nada, y al recordar sus sabores, vienen las consecuentes críticas al gobierno, y también ciertas morriñas. 

“Cuba es el escondite perfecto para quien no quiera que se sepa donde está”, declara. A un cierto punto de la conversación Dariel se emociona y paramos el interrogatorio. “Cada vez que vuelvo veo al país peor”, concluye, mucho más que añadir no hay, por momentos se siente afortunado, por momentos se resigna. “Hace quince años teníamos un bloqueo igual, y decíamos que Fidel era malo, pero nunca sometió al país a lo que está sometido ahora”, opina.

Dariel Revolta por las calles del centro de Ourense
Dariel Revolta por las calles del centro de Ourense | Marta Vázquez

“Si le dices a un cubano que se vaya a Haití, que supuestamente es el peor país del mundo para vivir, lo hace, no lo duda”, comenta. “En Camagüey la luz está viniendo una hora al día, y a veces ni te enteras porque lo hacen de madrugada”, explica.

Adaptación gallega

Reivindica Dariel que a pesar de las históricas relaciones entre España y Cuba hay gestiones del cotidiano que considera demasiado complicadas. “Canjear un carnet de conducir por ejemplo, me hace pensar que es el propio gobierno de allá que genera esta dificultad, para evitar la fuga de personas”, comenta.

“Los cubanos somos luchadores, trabajadores, guerreros”, opina. No se prodiga él por discotecas, y considera que es una cuestión nacional, que por alegres que sean, tampoco lo hacen sus compatriotas.

Querríamos tocarle unas castañuelas a Dariel para animarle, pero no está la mañana soleada, y la verdad, tampoco tenemos la chispa de los de Sevilla. Le dejamos marchar un poco triste, revuelto por el relato de su historia, la suerte quiso que de repente se le cruzase una amiga. Enganchado del brazo de la aparecida se despide y sigue con sus rutinas de jornada libre, Ourense es el lugar que “por calidad de vida-precio”, le encaja como alternativa a su tierra, bienvenidos él, y todos los que vienen, a honradamente ganarse la vida.

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