SOCIEDAD

El alfarero de Maceda que se encontró a Picasso

Manuel Carrera ejerció el oficio de oleiro en Batán en plena posguerra, con su trabajo y el de su mujer Guillermina, sacó adelante a 10 hijos.

Más de un centenar de amigos, familiares, ceramistas, artistas, estuvieron en la reapertura en Batán de Tioira (Maceda) de la "casa museo" del oleiro Manuel Carrera, en una visita –para algunos- muy emocionada y para otros cargada de curiosidad por un oficio que se va –literalmente- de las manos.

Algunos, como el "oleiro" en activo por excelencia, Agustín de Niñodaguia, reivindican mayor atención por parte de las autoridades. La restauración de la casa ha sido sufragada por la familia y esta a disposición de quien la quiera visitar.

Manuel Carrera ejerció el oficio de oleiro en Batán en plena posguerra, con su trabajo y el de su mujer Guillermina, sacó adelante a 10 hijos. La alfarería está representada en el Belén de Baltar, uno de los ourensanos que cocía habitualmente en su taller, donde también acudían artistas como Acisclo, Xoán Torres, o Riomao.

Carrera vivió la emigración en Francia, donde ejerció de todo hasta que, sin apenas conocer el idioma, supo expresar que lo suyo eran las "olas". De su estadía francesa es conocida la anécdota de su encuentro con Picasso, quien le preguntó si sabía quién era, y Manolo, humilde como era, le dijo que no. Picasso llegó a dibujar sobre alguna de aquellas cerámicas suyas de las que -por desgracia- no queda constancia. 

De su regreso a su tierra Manolo enseñó el oficio en Benposta y en Maceda. Murió con 69 años, enfermo y trabajando hasta el último momento. Algunos de aquellos que aprendieron sus conocimientos y conocieron su bonhomía estaban presentes en la reapertura de su viejo taller. 

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