ENTREVISTA

Dario Villanueva: "La situación de la academia es delicada, pero no es desesperada"

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photo_camera Dario Villanueva.

Darío Villanueva, director de la RAE, defiende la entidad lingüística y admite que "sería muy mal política"

Cada reflexión de Darío Villanueva, recientemente nombrado director de la Real Academia Española tras defender la secretaría desde diciembre de 2009, se levanta sobre los andamios de una erudición didáctica. La casa que "limpia, fija y da esplendor' a la lengua está en manos de un hombre tocado con el don de la palabra. Y también tiene buena muñeca para el tenis. Palabra.

¿Cuál es la palabra preferida del hombre que dirige la casa de las letras?

Alguna vez me han hecho esa pregunta y no he cambiado de opinión. Es alba. Primero, por razones fonéticas. Las palabras son también música. Alba tiene una repetición de la vocal que es más clara, más abierta de las cinco del castellano, unida a dos consonantes que son muy sonoras: una líquida, llaman los lingüistas, y una bilabial. En lo que se refiere al significado, alba, albo, significa lo blanco y en nuestra cultura tiene connotaciones siempre positivas. Es indicio de limpieza, de inocencia. También es lo mismo que aurora, el comienzo del día, cuando la luz llega desplazando las tinieblas. Hay otras acepciones, pero me encanta alba porque también es nombre de mujer.

Pensé que iba a elegir una que principiase por la letra D que ocupa y por su nombre.

(Se ríe) Ya me llega con el sillón y con el Darío.

Parece que estaba predestinado para el sitio...

Sería una jactancia decir eso. No creo que nadie rechace un sillón académico por no tener una letra que no le va tanto como a mí la D.

¿Qué tiene el agua de Vilalba? Ahí nació el hombre que fundó el partido que está en el Gobierno, el que hasta hace poco mandaba en la Iglesia española y el que ahora dirige la Academia...

Hay más gente. Hubo un magnífico futbolista, Vicente, que era de Vilalba. Está Ramón Chao, periodista, novelista y músico, porque es un magnífico pianista... Pues yo no me lo puedo explicar. Hay que ir por delante con la afirmación, que todo el mundo compartirá, de que uno no es responsable del lugar donde nace. Yo me identifico mucho con Vilalba, en la que tengo mi archivo personal, parte de mi biblioteca y a la que vuelvo continuamente, pero el haber nacido allí es el resultado de un azar bienvenido y agradecido, pero yo no sabría responder a esta pregunta.

Ha mencionado al delantero Vicente Celeiro.  No me diga que es futbolero...

Soy aficionado pero todavía no he alcanzado el nivel de futbolero. Juego al tenis. Desde adolescente soy federado y sigo con mis 64 años jugándolo.

“Para la cinta, para la cinta", como decía el periodista de la voz de pito: ¡Al erudito presidente de la RAE le gustan los deportes!

No lo veo así. Depende en qué cultura. En el mundo inglés, que fueron grandes inventores de deportes como el fútbol  o el tenis, es compatible una cosa y otra. Aunque no quiero hacer erudición, el tenis que ahora se juega es la reglamentación de un deporte que tenía variantes diversas en Inglaterra, pero que fue un valenciano, Augurio Perera, el que lo reguló. En la cultura inglesa sucede lo mismo que en Grecia. A lo mejor en un determinado momento de España se podría pensar que esto era así, pero Miguel Delibes, por  ejemplo, era un gran jugador de tenis, igual que cazador y ciclista. Tiene un libro sobre sus partidos épicos de tenis en el que narra un encuentro de dobles que no se terminaba nunca porque ninguno perdía su saque.

Si me dicen que estaría hablando con usted de deportes no melo creo. ¿Juega bien al tenis?

Creo que soy bastante aceptable, aunque mi hijo no piensa lo mismo que yo. Juego con él y tiene 30 años. A veces también juego con algún compañero de mi hija, que tiene 36 y sigo dando juego.

Será ‘Nadalista'...

Admiro muchísimo a Nadal, pero ser 'Nadalista' no me impide reconocer esas condiciones extraordinarias de una elegancia y una  ténica refinadísima que tiene  Roger Federer.

¿Cuál es el futuro de la Academia con un desajuste de 2,5 millones?

El futuro es resolver ese desajuste que se comenzó a producir en el del ejercicio del año 11. Pero la Academia no tiene deudas y, gracias a los años de una buena gestión y ahorro, dispone de recursos propios para en los años de mi mandato regularizar la situación y equilibrar gastos e ingresos. Es una situación delicada pero no es en modo alguno ni desesperada ni dramática.

Ha sugerido que el diccionario en la web, con 40 millones de consultas al mes de media,  podría estar patrocinado. ¿No cree que puede levantar tanta polémica como incluir publicidad en la camiseta de un gran equipo de fútbol? Maradona dijo “la pelota no se mancha".

No lo creo. Hay que darse cuenta de que los recursos tienen que venir de algún sitio. La consulta del diccionario de manera gratuita en la red va unida a un descenso considerable de las ventas del diccionario en papel y la Academia tiene una plantilla de 85 personas, que son los que ayudan a los académicos. A la fuerza ahorcan. Hay que ser realistas.  Hay que buscar unos recursos y una manera muy digna de rentabilizar esa oferta gratuita, y que el público agradecerá, es que haya una entidad que aparezca mencionada como la que posibilita que el diccionario siga siendo gratuito como hasta ahora en la red. No creo que perjudique para nada. Hay que vencer, quizá, viejos atavismos de hidalgos ranciosos como los de 'Lazarillo de Tormes' que no trabajaban porque los deshonraba pero se estaban muriendo de hambre.

¿Tiene ya alguna oferta para patrocinar el diccionario en la red? ¿De qué empresa se trata?

Sí, pero no se lo voy a decir hasta que se concrete. Yo vengo de ser secretario de la Academia y tengo una innata tendencia a guardar secretos, que es de donde viene la palabra secretario.

Estaba cantado que de secretario ascendiese a director en sustitución de José Manuel Blecua, además con el 80% de los votos...

Cantado... narices, como dice el otro. En la Academia hay una circunstancia muy noble: la elección es muy poco traumática. No hay candidaturas, todos somos candidatos y todos los años en el primer pleno del mes de diciembre se eligen los cargos que estén vacantes. Es algo muy rutinario, no se le da ningún tipo de excepcionalidad a ese hecho. La mejor manera de hacer campaña cuando no se hace campaña es trabajar durante cinco años como secretario para que los académicos vean cómo haces el trabajo.

¿Le hacen ahora más la pelota?

No, en absoluto. El académico es lo que los latinos llamaban un 'primus inter pares'. Con este planteamiento cualquiera puede ser director y el elegido por la voluntad de los demás, porque le ceden esa condición. Hay un gran respeto al director por el hecho de que ellos mismos lo han puesto ahí.

¿Le sorprende el discurso con el que ha irrumpido Podemos?

El fenómeno político de Podemos está muy vinculado a la comunicación, tanto por las nuevas plataformas como por el uso del lenguaje. Podemos tiene una impronta universitaria muy marcada. A mí me recuerda las asambleas universitarias que viví cuando éramos profesores no numerarios. También se nota, en mi opinión y puedo estar equivocado, una asimilación de que el mensaje hoy tiene que ser claro, al mismo tiempo muy breve y sin excesivos matices. Lo que en periodismo se conoce como titulares. En el grupo político del que hablamos hay un uso hábil de declaraciones políticas que se sustancia en auténticos titulares.

Si usted me lo permite, porque la palabra está en el diccionario, acojona entrevistar al director de la RAE. ¿Cómo andamos en los medios de lengua?

 No se puede generalizar como con los políticos. Lo peor, que sucede realmente pocas veces, es cuando uno se encuentra con un profesional de la comunicación que no siente respeto hacia el instrumento con el que trabaja, como si un carnicero no se preocupase de tener sus cuchillos afilados. Las academias trabajamos por el idioma y hacemos lo que podemos, pero la educación y la comunicación tienen mucha más capacidad de influir  sobre el idioma. Y puestos a elegir, la educación es fundamental pero termina, en cambio la comunicación nos acompañará toda la vida, de modo que ustedes tienen una responsabilidad extraordinaria en esto.

¿Están las nuevas tecnologías  estropeando la ortografía o es evolución?

Es absolutamente evolución. Siempre ha ocurrido esto.  El otro día asistí en Santiago a la representación teatral de 'El nombre de la rosa' de Umberto Eco que, como los lectores sabrán, transcurre en un monasterio medieval en donde se copiaban los libros de la antigüedad. En los manuscritos medievales abundan las abreviaturas. Cada página tiene decenas porque había que ahorrar espacio, tiempo y en consecuencia dinero, como ocurre hoy en día con los 'whatsapp' y con los SMS. No es un problema, simplemente se trata de la utilización de determinadas licencias para ganar tiempo y espacio sin que ello perjudique a la comunicación.  

¿No le resulta curioso que la gente escriba ahora más que nunca después de que se anunciase la muerte de la escritura?

Era absolutamente previsible. Fue uno de los pocos errores que cometió ese gran visionario que fue Marsall McLuhan, autor de 'La  galaxia Gutenberg' o 'Comprendiendo los medios', dos obras fundamentales que advirtieron de los cambios en la comunicación y en la sociedad. Sin embargo, aventuró que lo que llamaba los medios de comunicación eléctricos iban a acabar con la escritura y que iba a volver el predominio de la oralidad.

Su discursó de ingreso en la Academia versó sobre '“El Quijote antes del cinema'. ¿Se esperaba el éxito de la adaptación cinematográfica de 'A esmorga' de Blanco Amor.

No, además es la segunda versión que se hace de 'A esmorga'. Hay una anterior en la que el papel protagonista le corresponde a mi compañero y buen amigo José Luis Gómez. Es una novela muy cinematográfica, itinerante y con elementos para dar mucho de sí en el cine, por lo que no me ha sorprendido .

¿Cree que el gallego como lengua corre peligro?

Las lenguas mueren con su último hablante. Sabemos del último hablante de una de las lenguas neolatinas que era el dálmata. A mí me cuesta pensar en algo semejante con el gallego. Mientras haya gallegos que hablamos el gallego la lengua no va a morir.

Parece que le va la marcha. Fue rector de la Universidad, secretario de la RAE y ahora director... ¿Nunca se ha dejado tentar por el embeleco de la política?

No tengo la más mínima inclinación política. Sería muy mal político porque acabaría dándole en muchas ocasiones la razón a la oposición,

Eso es tener criterio.

Muchas veces me asombro porque cosas razonables defendidas por el que gobierna son rechazadas por la oposición y cuatro años después, si hay un cambio, se produce lo contrario con el mismo asunto. Yo para eso no valdría. No resistiría el primer envite me dejaría noqueado.

Tiene fama de coñón. Cuénteme un chiste de académicos.

¿De académicos? Pues debemos de ser muy poco chistosos porque no encuentro un chiste de académicos en este momento.

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