Iberinsha o la filosofía de los balnearios Zen en el Miño

TERMA
photo_camera Instalaciones de las Termas de Outariz.

La firma gestiona  las estaciones termales ourensanas de Outariz, Chavasqueira y Prexigueiro, con una estimación de 100.000 visitantes cada año

El origen de la ciudad de Ourense está estrechamente vinculado a la existencia de manantiales de aguas termales que, con los años, se han convertido en una de las señas de identidad de la ciudad.  

A su paso por la capital, el río, antaño rico en depósitos de oro, dibuja un paisaje de orillas donde aguas fluviales y termales conviven en un entorno natural a solo unos pasos del centro.

A principios del nuevo siglo, recogiendo el testigo de la cultura del baño al aire libre arraigada entre los ourensanos, el Concello de Ourense, encaró un importante reto y encargó al arquitecto Álvaro Varela, entonces residente en Japón, que importara a Ourense, hasta las mismas orillas del Miño, la filosofía y arquitectura de la tradición termal japonesa basada en la filosofía Zen, que busca la relajación física y mental en contacto directo con la naturaleza; fue el año 2001, con la consecución de las Termas Chavasqueira, un complejo construido en piedra y madera de pino que recrea los espacios tradicionales de los baños japoneses y que para su gestión fue sacada a concurso, que recayó en la empresa Ibernisha.

La buena acogida de estas instalaciones animó al Concello a poner en marcha otro proyecto tres veces superior en tamaño que vio la luz el día 8 de agosto de 2008, una fecha especialmente significativa en Japón; un proyecto denominado Termas de Outariz, un atractivo complejo termal bien integrado en la naturaleza diseñado también por Álvaro Varela, autor además del puente del Milenio, que continúa la línea japonesa iniciada por el mismo autor en A Chavasqueira, al más puro estilo Zen y gestionado nuevamente por la firma Ibernisha, que ganó el concurso convocado por el concello para la gestión y explotación de A Chavasqueira y Outariz por un período de 24 años durante los cuales abona al gobierno local un canon anual de 20.000 euros por ambas infraestructuras.

A ello cabe añadir una inversión de 2,1 millones de euros, que es el importe  que supuso la ejecución de este proyecto, asumido por la concesionaria.
La estación termal de Outariz se ubica en una parcela de cuatro mil metros cuadrados ubicada en la orilla del río Miño en la que el aprovechamiento termal ocupa una superficie de 318 metros repartidos en  catorce piscinas interiores y exteriores de agua termal y fría; cascadas, café-bar; tratamientos de relajación y belleza y una terraza sobre el río que  hacen de ésta una infraestructura termal puntera en España y la mayor de Galicia.

La firma ha consolidado para Outariz 28 puestos de trabajo estables que acogen en estas infraestructuras una media de cien mil visitantes anuales.
 La concesionaria Ibernisha Sl  tiene 21  años de antigüedad y pese a estar radicada en Madrid posee sucursales en Santiago de Compostela y en Ourense desde las que explotar directamente estaciones termales. A estas dos se suma, ya no en el  concello de Ourense pero si dentro de sus límites provinciales en el término de Ribadavia, la estación de Prexigueiro, recuperando así uno de los manantiales mejor y más antiguamente documentados de Ourense.

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