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La pirámide de población también ofrece oportunidades económicas

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La realidad de Ourense desde los años setenta es la de una reducción continuada de la población por procesos migratorios y una paulatina reducción en el número de hijos por familia. Desde el punto de vista económico, el déficit demográfico abre puertas a generación de actividades de atención a un sector de población cada vez más amplio

La población de Ourense ha entrado en picado y  ha pasado  de más de 430.000 habitantes en  la década de los sesenta  a menos de 310.000 actualmente. Los datos convierten esta situación en un problema que, unido a las cifras del desempleo, dificultan una mejoría de la economía de la provincia. El problema de la pérdida demográfica es un fenómeno que afecta al conjunto de Europa. El viejo continente presenta una pirámide de población con una alta concentración entre los 30 a los 50 años, muestra de un proceso de envejecimiento continuado y una clara reducción de los individuos de las nuevas generaciones. 

Esta situación ya resulta preocupante en varios países europeos como Alemania, Austria, Francia, Suiza, Bélgica, Países Bajos, España, los países escandinavos, Dinamarca, Grecia y el Reino Unido, en los que se produce una pirámide poblacional invertida con escasa población juvenil y sobre todo infantil. Este proceso no se está viendo amortiguado por el nuevo fenómeno migratorio, la llegada de emigrantes a Europa de distintos continentes.  

Europa muestra una  elevada tasa de inmigración.  Un ejemplo notorio de ello es la propia España, en el año 1999 las cifras apenas alcanzaban los 100.000 habitantes, actualmente superan varios millones las cifras de habitantes reconocidos en nuestro país. Superando el porcentaje del 10% de la población. Con estos datos España es un país líder en el contexto europeo de recepción de emigrantes. 

Gracias a ello, actualmente la población en España supera los 46,5 millones de habitantes y además da muestras de un proceso de crecimiento continuado por el  crecimiento  del número de extranjeros de un 1% hasta situarse en 4,4 millones, debido, principalmente, a la inmigración, según los datos de Instituto Nacional de Estadística (INE). Otra cuestión es el saldo migratorio. Como ejemplo se puede citar el primer semestre del 2017 donde se incrementó la población en 52.926 personas, como consecuencia de los 237.115 inmigrantes que entraron en España y los 184.189 ciudadanos españoles que emigraron.

Aun así, España muestra un crecimiento vegetativo (diferencia entre fallecimientos y nacimientos) negativo. Por ejemplo, en el primer semestre de 2017, el balance refleja el fallecimiento de 31.905 personas más que los nacimientos producidos, según las cifras del INE. La caída de la natalidad es un fenómeno que se produce desde el año 2008. Además, por el peso de la edad en la pirámide de la  población, el número de fallecimientos se acentúa aumentando más la brecha poblacional. 

En el caso gallego los datos son desalentadores ya que la tasa de fecundidad —número de hijos por mujer— cae a un 1,1%, cifra inferior a la paupérrima media de España. Sobre este valor debemos citar la elevada tasa de mortalidad debido a un latente envejecimiento poblacional. El resultado es que en los últimos trece años, Galicia ha perdido 12.340 habitantes. Pero las previsiones son aún peores, con pronósticos, según las proyecciones del INE, de una pérdida hasta 2030 de cerca de 300.000 habitantes en un escenario moderado. 

De esta manera, el continuo incremento de la tasa de envejecimiento que puede llegar a superar la edad media de los 82 años, unido a la caída o estancamiento de la tasa de natalidad, aboca a Galicia a una pirámide poblacional envejecida.

OPORTUNIDAD

Volviendo a Ourense, los datos no son nada optimistas, ya que la caída de los últimos cuarenta años reflejan un valor de saldo de algo más de un 28% de población perdida, convirtiendo la provincia en una de las de mayor caída y con una marcada tendencia a dicha caída.  En este contexto, la situación socioeconómica cambia y la oferta empresarial debe adaptarse a la nueva realidad. Una realidad donde el mercado de oferta de servicios debe dar paso a servicios a domicilio de atención a problemas de movilidad y salud propios de la edad y a servicios especializados de ocio y envejecimiento activo, elementos de nueva demanda a nivel provincial pero también a nivel europeo. La situación en Ourense y su propia demanda interna debe ser un factor dinamizador de un tejido empresarial especializado en envejecimiento, tanto activo como de tratamientos de cuidados. Ourense ya dispone de empresas punteras para competir en el sector de servicios a la tercera edad. Un buen ejemplo es la oferta de balnearios con tratamientos,  servicios y paquetes a medida tanto de ocio como de atención sanitaria. 

Otro buen ejemplo es la presencia de empresas especializadas en servicios de atención a la tercera edad en distintas modalidades como residencias de día o de estancia completa donde se atienden necesidades de movilidad propias de la edad. Estos servicios se complementan con la presencia de oferta especializada de tratamiento médico. A estos servicios de oferta sanitaria debemos unir nuevas especializaciones como ofertas de servicios de ocio y turismo a medida o servicios de animación sociosanitaria.

El conjunto de este tipo de servicios y los recursos naturales disponibles (agua termal y naturaleza) y su evolución futura puede llegar a convertir a Ourense en un referente  a nivel nacional e internacional en envejecimiento activo. 

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