Esta es una de las líneas del proyecto europeo LIFE iSEAS, que liderará durante los próximos cuatro años desde Galicia el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
El puerto de Marín acogerá una planta de valorización de los denominados descartes pesqueros, aquellos ejemplares que por razón de tamaño, por estar dañados o porque son de especies no comercializables, hasta ahora son devueltos al mar, una práctica prohibida por la nueva Política Pesquera Común (PPC).
Esta es una de las líneas del proyecto europeo LIFE iSEAS, que liderará durante los próximos cuatro años desde Galicia el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y que también contempla la elaboración de un geoportal con datos actualizados de las poblaciones de especies descartables para orientar a la flota.
Esta segunda variable busca minimizar el impacto económico sobre el sector pesquero de la obligación de desembarcar las capturas no deseadas, conocidas como descartes, lo que comenzará a aplicarse, de manera progresiva, a partir de enero de 2015.
El coordinador del proyecto, Ricardo Pérez, del CSIC, ha explicado hoy en rueda de prensa que el puerto de Marín albergará dos plantas, una para la elaboración de harinas, aceites, colágenos y otros compuestos de interés para la industria farmacéutica y cosmética, a partir de especies no aptas para el consumo humano.
La otra estará destinada al procesamiento de especies como el lirio o la bacaladilla, de rápida degradación, así como de ejemplares que no forman parte de la cuota asignada para cada flota, principalmente la arrastrera, para hacer patés o pasta para croquetas, fiambres o lasañas, o desmembrarlos en filetes o colas.
También se estudiará, durante los cuatro años de vigencia del proyecto LIFE iSEAS, la conveniencia de destinar a este tipo de productos elaborados parte de las capturas de especies que formen parte de la cuota asignada, como por ejemplo el jurel, en momentos de precios muy bajos en lonja.
La previsión es comenzar el equipamiento de las naves en el puerto de Marín en junio de 2015, y una vez rematadas las obras, poder procesar del orden de una tonelada de pescado por cada desembarco.
En cuanto a la elaboración del geoportal, Pérez ha detallado que los barcos de la Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto y Ría de Marín (OPROMAR), el socio industrial del proyecto, llevarán incorporados unos sistemas para la identificación y cuantificación en tiempo real de las diferentes fracciones de captura.
La información recabada será enviada a un servidor en tierra, que la analizará y alimentará al citado geoportal, que ayudará a la flota a tomar decisiones sobre las zonas donde ir a faenar.
Serán objeto de estudio los caladeros Cantábrico-Noroeste, de la Plataforma de Portugal y del Gran Sol, en los que faenan los barcos pertenecientes a OPROMAR.
Su presidente, Juan Carlos Martín Fragueiro, ha avanzado que en la definición de los planes regionales de descarte se está analizando la posibilidad de reducir los tamaños mínimos exigibles de determinadas especies para poder comercializarlas.
Un informe de la FAO estima que de los 154 millones anuales de toneladas de pescado que se capturan en todo el mundo, cerca de 7 millones son descartes.
Preguntado por una cifra aproximada de los descartes en España, Xulio Valeiras, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Vigo, se ha remitido a la multiplicidad de factores -biológicos, técnicos, económicos y legislativos- y en la variabilidad existente por caladeros y pesquerías para no darla.
Gonzalo Rodríguez, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela, ha detallado que la aportación de esta institución al proyecto será incidir en el peso y el impacto socieconómico de la actividad pesquera en zonas dependientes de la misma, como Galicia.
También evaluará cómo contribuir al mantenimiento de la capacidad productiva de alimentos e interpretará los condicionantes económicos (incentivos) para contribuir de la manera más fácil posible a la sostenibilidad del medio.
