Los organizadores de la prueba, que fue expulsada del calendario internacional, no han recibido una sola respuesta del promotor, la empresa británica IMG
Hace siete días IMG, la empresa promotora del Campeonato del Mundo de Rallycross, dejó fuera del certamen a la cita lusa de Montalegre.
Sin argumentos ni explicaciones, solo un email recibido tres horas antes de la publicación de los calendarios, el proyecto de la villa fronteriza con Ourense se fue al garete. Desde entonces, los organizadores de la prueba, una de las mejores de todo el campeonato según los equipos y la prensa especializada, han intentado ponerse en contacto sin éxito con el promotor, a la búsqueda de una solución satisfactoria para ambas partes antes del 5 de diciembre, fecha en la que se aprobarán en la FIA todos los proyectos.
El silencio, motivado en buena medida para dilatar al mínimo el tiempo de alegaciones de los portugueses, ha hecho que desde la Cámara de Montalegre hayan pedido ayuda a los distintos estamentos políticos del país vecino, que ya se han puesto en marcha.
El Secretario de Estado para el Deporte de Portugal, João Paulo Rebelo, ha enviado una comunicación oficial que ha recibido la misma atención, nula.
Por ello, esta misma mañana, el ministerio de Deportes emitirá una comunicación oficial solicitando una reunión con IMG, para buscar que el organizador se replantee su postura.
José Alves, miembro de la organización del Rallycross de Montalegre, se muestra claro. "Nosotros queremos ser readmitidos en el Mundial. Tenemos un contrato firmado con IMG y queremos que se cumpla. La reforma de la torre de control tiene el dinero comprometido e incluso ellos (los promotores) nos enviaron modificaciones el 5 de septiembre y podemos adjuntar documentación. Además, al término de la edición de 2018 nos felicitaron por el trabajo hecho, su postura es infantil".
Por ello, desde la villa están dispuestos a "buscar todas las formas de convencerlos para que reconsideren su posición, en caso contrario tendremos que buscar otras alternativas, aunque tendrían que dirimirse con la justicia británica".
La pelota está ahora en el tejado de los promotores. La FIA, mientras tanto, guarda silencio.
