El propietario, que también fue mordido por uno de los canes, denunció a sus dueños
Un pastor alemán y dos perros de caza atacaron un rebaño de 106 ovejas y cabras en una finca situada en la localidad de Partovia, en Carballiño, causando la muerte de 13, y dejando heridas de gravedad a otras tres, que fue necesario sacrificar, según el testimonio del propietario. Los animales muertos fueron amontonados al lado del cierre de alambre que rodea la propiedad a la espera de que la compañía de seguros procediese a recoger los cuerpos. Esa situación generó cierta alarma en el pueblo de Partovia, cuyos vecinos avisaron al Concello, ante el fuerte olor que desprendían.
Trasladada hasta allí una patrulla de la Policía Local pudo hablar con el propietario del rebaño, quien confirmó que ya había presentado las correspondientes denuncias contra los dueños de los perros, que son dos vecinos del pueblo, porque no quisieron hacerse cargo de los daños.
Constantino González Pérez declaró que desde el pasado jueves, los perros entraron en tres ocasiones en la finca atacando a las ovejas. "Botei tres noites sen dormir, vixiando ata que me topei cos cás, un pastor alemán e dous de caza, conseguín agarrar un dos pequenos e mordeume, polo que xa fun tamén ó Centro de Saúde ademais de avisar á Garda Civil". Una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) también se acercó para comprobar lo ocurrido.
Constantino González afirma que ya hace aproximadamente un año que entraron los perros y mataron en aquella ocasión 12 ovejas, aunque reconoce que por entonces no denunció confiando en que los dueños de los perros los mantuviesen encerrados.
Sin embargo, tras lo ocurrido durante estas tres noches se ha decidido a denunciar, "xa nin xiquera polas perdas económicas senón porque quero que os aten para que non volva a repetirse". En lo que concierne al coste de los animales, el propietario señala que los precios son muy variables, que pueden oscilar entre los 50 euros y los 200, si se trata de una oveja preñada, e incluso dependiendo de la raza.
Los perros consiguieron doblar la alambrada para acceder a la finca, "e non valeu de nada que a reparara porque volveron abrir o burato".
La Policía Local, que había recibido el aviso del trabajador municipal que se encarga de controlar las fincas en los pueblos para que se mantengan limpias, se daba por enterada a la vista de que el propietario ya había denunciado y estaba a la espera de la retirada de los cuerpos de los animales y del veterinario.
