RIBEIRO, IMÁGENES CON HISTORIA

El Colegio de Segunda Enseñanza de Ribadavia, el mejor de Galicia

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photo_camera Alumnos del Colegio de Segunda Enseñanza de Ribadavia en el curso 1890-1891.

En la relación de 1892 se contabilizaron 18 sobresalientes, 24 notables, 28 buenos, 34 aprobados y 3 suspensos

En 1889 a finales de la alcaldía de José Mª Rodríguez Bentín, el regidor que reparó la iglesia de santo Domingo y reedificó el antiguo convento  para habilitarlo como hospital y escuela pública, se instaló en dicho recinto el Colegio de Primera y Segunda Enseñanza de la Villa.

Su director José F. Martínez, tenía las titulaciones de Maestro Superior, Perito Agrónomo, Ayudante de Obras públicas y con los ejercicios aprobados de la Licenciatura de la Facultad de Ciencias, Sección de las Físico-Químicas. En la Memoria Anual (1891) figuraba como el mejor situado de la provincia, donde se estudian el grado de bachillerato y preparación para carreras especiales, de comercio y eclesiástica.

Respecto al profesorado explicaba:  es el necesario en número para llenar las exigencias de la enseñanza, estando todos adornados de sus títulos académicos, añadiendo que había clases de piano, solfeo e instrumentos para los que deseen estudiar esta asignatura de adorno y remataba diciendo que se halla establecida una cátedra de dibujo y otra de idiomas. Estaba subvencionado por el Ayuntamiento quien aportaba de sus arcas 3.000 ptas. y la Diputación consignaba, igual que en años anteriores, 2.000 ptas.

Los alumnos no se limitaban a la Villa y  en la relación de  1892 en la que se contabilizaron 18 sobresalientes, 24 notables, 28 buenos, 34 aprobados y 3 suspensos, nos encontramos a discípulos de Carballino, Pazos de Arenteiro, Cenlle, Arbo y Salvatierra. 

La prensa local estaba atenta al calendario escolar y comunicaba los plazos de matrículas, aperturas de cursos, fechas de exámenes y cartilla de vacaciones. Daba cuenta igualmente de los actos a los que asistía el director, como el banquete que en honor del político Bugallal narra El Obrero (1892): En el salón del café de Santo Domingo se celebró un suntuoso convite con que lo obsequió el partido conservador. Se sentaron con las autoridades, el director del Colegio de Enseñanza de esta Villa señor José Martínez, don Benito Fermoso, coronel retirado del ejército (…) 

El variado currículo académico de don  José Martínez lo llevó a ejecutar una serie de trabajos extra docentes, que aún perduran en la villa. Así en las actas municipales de 1891 el Ayuntamiento le encarga, la formación de los correspondientes planos, presupuesto y redacción de las condiciones de las obras del ensanche del cementerio.

En relación con esta faceta constructiva el semanario El Obrero (1893) informa: El director del Colegio de Segunda Enseñanza, José F. Martínez, terminó los planos de la elegante casa que embellecerá “La Pescadería” y que se propone construir el acaudalado comerciante don Paulino Abraldes; los referidos planos acreditan una vez más el gusto artístico del señor Martínez, y el Padre Eiján en su imprescindible Historia de Ribadavia, al hablar del centro y de su presidente, cita también de su autoría la casa de don Manuel Alonso, las importantes modificaciones en la vivienda de don Fidel Varela y el trazado del altar mayor de la iglesia de la Oliveira; finaliza dicha relación Samuel Eiján lamentando:!Lástima que el colegio de referencia, debido a la actividad del señor Martínez, no haya gozado de más larga existencia!

El centro pervivió durante 9 cursos, a lo largo de los cuales numerosas promociones de alumnos, internos y externos, estudiaron Primaria o se hicieron bachilleres. En los albores del siglo XX se cerró definitivamente  y su material didáctico, entre el que figuraban los surtidos gabinetes de física, química e historia natural y abundantes aparatos de geografía y matemáticas, fue adquirido por  los Jesuitas de La Guardia. 

La fotografía del curso 1890-1891 nos muestra a los educandos posando en el atrio de santo Domingo. El presbítero que los acompaña impartía las asignaturas de latín y lengua castellana en los primeros cursos y psicología, lógica y ética en los grados superiores. Junto con otros licenciados en filosofía y letras, derecho, ciencias, peritos agrónomos y maestros superiores, amén de los títulos de don José, constituían un claustro numeroso e idóneo que hizo de este colegio el mejor de Galicia, pues ningún otro de la región excede en excelentes notas al de Ribadavia,  según reza la memoria del lejano 1890.

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