TRIBUNALES

El ADN de un cigarro sienta en el banquillo a un incendiario

La fiscal pide cinco años y medio de cárcel porque el fuego que obligó a desalojar a vecinos de Cudeiro

La fiscal encargada de temas medioambientales en Ourense, Carmen Eiró, tiene en cuenta "el grave peligro para la integridad física" de los vecinos de Cudeiro que supuso el incendio forestal declarado el 29 de agosto de 2015 para reclamar una pena de hasta cinco años y medio de prisión para el supuesto autor, D.F.M., de 32 años, quien fue detenido al cabo de un año y medio. Además, añade a su solicitud provisional una multa de 24 meses a razón de seis euros al día.

El caso no solo es atípico porque se sentará en el banquillo de la Audiencia provincial un acusado de un incendio grave -ardieron 45,70 hectáreas- sino por la compleja investigación a partir del ADN hallado en un cigarrillo que sirvió para confeccionar el rudimentario artefacto incendiario con el que se prendieron las llamas, según la acusación pública.

La Policía Nacional analizó los vestigios biológicos de la colilla, que tenía varias cerillas unidas a la boquilla por cinta aislante de color blanco. A partir de ahí, comenzó a cotejar la saliva de los conductores de los vehículos que transitaron por la carretera que une Cudeiro y  Valdorregueiro en torno a las cuatro de la tarde (había una cámara de vigilancia porque esa parroquia  era muy sensible a los fuegos en verano). En total, 25 hasta cerrar el círculo sobre un joven que trabajaba como panadero y enfilaba esa carretera a diario.

La fiscal sostiene que D.F.M. arrojó el artefacto al tomar una curva un día en el que era fácil prender: la temperatura media era de 33,38 grados centígrados, con una humedad relativa del 27,8% y con un índice diario de incendio extremo. De hecho, las llamas se propagaron con facilidad y obligaron a la Xunta de decretar el nivel 2 de alerta para la población durante toda la tarde. Los vecinos de varias viviendas tuvieron que ser evacuados porque el fuego rodeó peligrosamente sus casas. El acusado, que estuvo en prisión  provisional medio mes, hasta que abonó una fianza de 2.500 euros, negó siempre la autoría. Según aseguró su abogado, "no lanzó ningún artefacto incendiario de ninguna naturaleza". A su entender, el ADN no le incrimina porque cualquier persona pudo hacerse con la colilla de otro.

"Al tener su domicilio en la localidad de Cudeiro, circuló por la carretera OU-150 el día de los hechos para dirigirse a su trabajo, como otros muchos vehículos en aquel iter temporal", explica el letrado. 

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