Ana Quintana Sanjuás, médico del Servicio de Otorrinolaringología del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense ofrece esta tarde, a las 20,00 horas, en la sede del Colegio de Médicos, la charla "Nos acercamos al paciente con disfagia".
Ana Quintana Sanjuás, médico del Servicio de Otorrinolaringología del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense ofrece esta tarde, a las 20,00 horas, en la sede del Colegio de Médicos, la charla "Nos acercamos al paciente con disfagia".
¿En qué consiste la disfagia?
Se trata de la dificultad para tragar los alimentos, sea por razones orgánicas (como pueden ser las derivadas de las cirugías oncológicas de cabeza y cuello) o de origen neurológico (como las derivadas de un ictus o de una patología neuromuscular). Es un problema infravalorado y que puede afectar a cualquier edad.
¿Cuál es su incidencia en la población?
La disfagia o problema para tragar es muy frecuente y provoca más de una muerte. Hasta un 60% de la población mayor puede acabar cogiendo una neumonía por aspiración, debido a que, al tragar mal, los alimentos pasan a los pulmones y les provocan ese problema. De la provincia no tenemos datos, pero a nivel global, hasta un 50% de los pacientes que tienen disfagia, sufrirá en algún momento de su vida neumonía por aspiración, y la mortalidad asociada a la neumonía por aspiración afecta a prácticamente un 50% de ellos.
¿Cómo se detecta?
Si no eres sanitario, uno de los primeros síntomas es la pérdida de peso, porque la persona que tiene este problema no es capaz de ingerir las cantidades que necesita o ha variado la consistencia de los alimentos porque no es capaz de ingerir sólidos, por ejemplo. En el caso de pacientes ancianos, con demencia o parkinson, se puede intuir porque tose o babea cuando come o tarda mucho en ingerir.
¿Y los remedios?
Lo más importante es detectar el problema y eso se puede hacer a través del EAT10, que son 10 preguntas validadas a nivel nacional que determinan qué problemas tiene el paciente para tragar. Es muy importante la atención del endocrino, para ver qué alimentos son con los que la persona tiene mayores problemas, y el otorrino, para ver si también hay que abordar algún problema referido al paladar, el exófago, etcétera. Uno de los aspectos que estamos demandando es la existencia de un logopeda en el CHUO -ya lo hay a nivel ambulatorio- para abordar el problema durante la estancia hospitalaria, lo que acelerará la posible recuperación a la hora de tragar los alimentos.
