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El Instituto Minero cataloga diez espacios de interés en Ourense

photo_camera Imagen de una de las antiguas minas en Carballeda de Valdeorras

Ha elaborado un mapa para destacar las minas de Galicia con potencialidad geoturística

Ourense cuenta en la actualidad con diez antiguos espacios mineros con potencialidad geoturística, según destaca el mapa de patrimonio minero de Galicia, presentado recientemente por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). El objetivo de esta iniciativa es servir de punto de partida para la concienciación de la importancia de preservar, conservar y poner en valor el patrimonio minero gallego.

Este nuevo mapa destaca alrededor de cien antiguos espacios mineros en toda Galicia, de los que ocho están en la provincia de A Coruña, diez en Lugo y siete en Pontevedra.

Entre los destacados en la provincia ourensansa la mayoría están situados en Valdeorras y su entorno, donde se sitúan, entre otros, las Médulas de Caldesiños o la mina de Penouta, en Viana do Bolo; la mina de Pentes, en A Gudiña, o las minas de wolframio en Vilanova, en A Veiga.

De entre los siete espacios destacados en el mapa elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España, sólo la mina de oro Os Biocos, en San Xoán de Río, de la época romana imperial, carece de restos de instalaciones, aunque su estado de rehabilitación se encuentra en desarrollo.

Los minerales explotados en Ourense, incluidos en este mapa, son únicamente oro y wolframio, sustancia muy valiosa, sobre todo, durante la segunda guerra mundial, para la fabricación de armamento. Entre los espacios destacados se encuentran la minas de oro de Burés, en Boborás, activa entre los años 1905 y 1910 y después en los años 70; las minas de Balborraz, en Carballeda de Valdeorras, de wolframio, activa entre los años 1914 y 1962, o las minas de Baltar, de wolframio y estaño.

En la selección se han tenido en cuenta los potenciales intereses históricos, arqueológicos y socioeconómicos, así como la tipología del yacimiento, las labores mineras, las instalaciones, los restos observables y la facilidad de acceso. También se ha analizado el estado de conservación y el posible agrupamiento de puntos para establecer itinerarios geológico-mineros, que puedan servir de reclamo turístico.

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