En la actualidad hay alrededor de 200 misioneros ourensanos repartidos por cuatro de los cinco continentes: 154 en América latina; 19 en África; seis en Asia y 12 en Europa.
De éstos, se localiza uno en Mozambique, otro en Ruanda y dos en el Congo, todos ellos lugares en conflicto por la actividad de grupos rebeldes, aunque no constan de momento problemas con su seguridad. Otros seis de los 19 misioneros que se encuentran en África desarrollan su labor en Camerún, donde se está produciendo este conflicto con los terroristas islámicos, aunque están en otros territorios más alejados de este punto de fricción. Con todo, la inestabilidad se extiende por todo el país, aunque para encontrar una situación tan preocupante como la que está viviendo Luis Cachaldora hay que remontarse a "hace 10 años, cuando dos monjas ourensanas se vieron amenazadas por grupos rebeldes en el Congo", recuerda el delegado de misiones en Ourense, Avelino Álvarez.
Alvarez asegura que "el lugar donde está la misión en la que desarrolla su tarea de apoyo a la población camerunesa Luis Cachaldora Gago y su compañero Juan Antonio, en principio, no era peligroso". Claro que se encuentra situada al norte del país africano, lindando con Nigeria, donde desarrolla sus operaciones terroristas el grupo radical islamista Boko-Haram.
"El problema de África, en muchos sitios de éstos, es la lucha entre etnias, que se lleva arrastrando desde hace siglos y se entrelaza con las creencias religiosas en muchos de los casos", señala el delegado de misiones. Son enfrentamientos tribales como los que vienen desarrollando desde hace lustros los hutus y los tutsis en Ruanda, incluso en la antigua colonia española de Guinea.
