Pasó lo que pasó | ¿Por quién doblan las campanas?

Balsa de acumulación de la mina de Penouta en Viana do Bolo.
photo_camera Balsa de acumulación de la mina de Penouta en Viana do Bolo.
El análisis de lo que ha dado de sí la semana para la provincia de Ourense, con Antonio Nespereira

Aquí mismo   

El periódico radiografió la vitalidad de las ciudades poblacionalmente similares a Ourense y esas analogías desvelan nuestras miserias. Bueno, sobre todo nuestras supuestas acciones a favor del desarrollo. Santiago, León, Girona o Jaén se han dotado de herramientas de progreso, decía La Región. Sin ser Silicon Valley, parece que no les va mal. Sus gestores se lo han currado y han encontrado aliados para sus proyectos. En la capital de la provincia, qué contar, si no hay nada en la buchaca. Paredes de Coura es una villa del norte de Portugal (ahí al lado), de algo más de 9.100 habitantes (algo menos que Xinzo de Limia) y que tiene como alcalde a Vitor Pereira, el segundo más votado de Portugal. En días pasados participó en un acto organizado en Ourense por el Círculo de Empresarios de Galicia, acompañado de Andrés Fernández, directivo de Grupo Zendal, firma dedicada a la biotecnología y farmacia. La compañía acaba de abrir en la población portuguesa una planta de fabricación de vacunas. Unos 25 millones de euros de inversión grantiza empleo de alta capacitación. El regidor, más listo que el hambre, garantizó permismos, derribó muros y franqueó puertas para conseguir el propósito que da un plus a Paredes de Coura en la innovación. El viernes la multinacional de la automoción BorgWarner anunció el Centro de Investigación Avanzada eMobility en el Área Tecnológica del parque empresarial de Porto do Molle, en Nigrán (ahí al lado).  Veinte millones de inversión, 150 puestos de trabajo, 30 de nueva creación. En el Concello de Ourense (aquí mismo) estos días hubo un debate apasionante en torno a dedicar un millón de euros a fiestas.

Don Amancio      

El martes se inauguraba en Santiago la primera residencia de la Fundación Amancio Ortega, una pintona instalación que evidencia la colaboración público privada. Luego irán Lugo y Pontevedra, con la de Vigo en barbecho y la de Ourense sin fecha. Once millones de euros prometió la fundación pero la administración de Jácome demuestra también en esto que la gestión le viene ancha. En esta glaciación (así podría definirse la gélida etapa municipal) el Concello no ha tramitado un proyecto de entidad. No lo hace porque no hay una sola iniciativa de fuste que tenga a Ourense entre sus objetivos, tampoco para personas mayores. Una, que estaba a punto, sucumbió ante el laberinto burocrático municipal y se fue haciéndole la pedorreta al consistorio.

Las campanas      

Se supone que la vida es una suma de vivencias, conquistas y también renuncias. En Ourense debemos de estar en esta última fase, la de claudicar. Bien mirado esto ya no viene de ahora. Este periódico (otra vez) advierte de que la Escuela de Enfermería puede quedar en una mera sucursal universitaria. La reconversión de la titulación puede llevar para Pontevedra la sede central, subordinando a Ourense. La historia de la provincia se ha forjado en las últimas décadas con el rosaliano lamento del adiós ríos, adiós fontes. El poder financiero emigró a la costa, como el empleo que atrajo el sector del automóvil. Se puso en marcha en los 90 el Parque Tecnológico, que muy pronto perdió el apellido de Galicia porque se duplicó en otros lugares. Derecho era la titulación chachi de la ciudad, por cuyas calles pasearía un ejército de togados, pero hubo que “compartirla” con Vigo, no fuera a ser. La Facultad de Físicas cerró el periplo en Ourense hace más de una década tras quince años de funcionamiento por un quítame allá unos euros. Ahora se escucha de nuevo el tañido de las campanas en el campus. Ya lo dijo Hemingway: “No te preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti”.

Todo en orden

Penouta es una pequeña aldea de Viana do Bolo, con menos de cien habitantes, que tiene una mina de tantalio y niobio, estratégica en Europa. Emplea a casi 130 personas, una bendición para Viana (unos 2.700 pobladores). La escupulosa justicia para según qué cosas, decretó mediante sentencia el cierre de la explotación. La congoja se extiende por la comarca. Aún está pendiente el futuro de las pizarreras valdeorresas Irosa y Samaca, con 300 empleos. Dos puñaladas más al rural. Todo en orden en Ourense, una semana más.

El portafotos

Luis Menor
Luis Menor

Luis Menor va camino de ser el atlante de la provincia. Sobre las espaldas de este Astérix cae también la presidencia del PP en la provincia. Bueno, en realidad la de una gestora que decidirá quién tome las riendas, siendo él el que tiene todas las papeletas. Con él se están abriendo nuevos modos, de momento en las formas más que en el fondo. Pero, de momento, ya ha conseguido acuerdos inéditos en la Diputación con sus rivales y la oposición le respeta.

El viernes, con la bendición de Rueda, tomó el encargo de la dirección del PP de pilotar la nueva etapa. Tiene Luis Menor capacidad de trabajo y ganas de hacerlo, propósito siempre útil. En la institución provincial ponderan su respeto a los funcionarios y su saber estar, lo que le hace ganar adeptos. Pero, claro, Luis Menor es presidente de la Diputación, alcalde de Pereiro de Aguiar (uno de los municipios con más renta per cápita de la provincia) y ahora presidente de la gestora del PP. En la política se da mucho esto de rendir culto al superhombre, acaparar cargos asumiendo el riesgo de gestionar todo de aquella manera. Lo que pasa es que, como es el caso, más que acaparar es guardar. Si no lo presides todo tus propios correligionarios son los que te lo disputan todo. Y en política si no tienes todo no eres nada.

Al poner la lupa

Bomberos manifestándose en Ourense
Bomberos manifestándose en Ourense

Ganar las razones, también el respeto

Ourense no es un sitio de algaradas como las vividas esta semana con el enfrentamiento entre policías y bomberos comarcales ante la sede de la Diputación. El asunto revistió aún más carácter de excepcionalidad por cuanto los disturbios fueron entre trabajadores públicos.

La escena fue bizarra: lanzallamas, bengalas, pintura contra la fachada, cargas policiales, heridos y un reguero de reproches. Bomberos y policías se cruzaron acusaciones de quién provocó primero y ni siquiera el empate tranquiliza. El cuerpo de extinción de incendios lleva sus reivindicaciones a máximos y sus patronos (diputaciones y Xunta) dicen que sus peticiones no son de este mundo. Al final todo es un problema de pasta que se saldará cuando la vean sobre la mesa, posiblemente menos de la que piden. Mientras, los manifestantes igual no consiguieron el respeto de la sociedad por lo sucedido. Y cuando no se entienden algunas actitudes la gente puede creer que todo es una performance.

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