RAFAEL ÁNGEL SALGADO SÁNCHEZ

“Es triste que no exista un archivo fotográfico como tal en la provincia"

Apasionarse por las fotografías antíguas a mediados de los años 80 y en 2008 puso en marcha el blog "Ourense no Tempo"

 Colaborador habitual de La Región y del suplemento 'Gente Mayor', también es autor del libro "Achegamento á historia da fotografía en Ourense".

¿Cómo nació en usted esta pasión por la fotografía?

Surgió en la década de los 80 en Las Palmas, donde estaba estudiaba Empresariales. En los mercadillos de los domingos, grupos de alemanes vendían fotos antiguas de familiares, amigos o personas de su entorno, que me impactaron y compré varios lotes. Al regresar a Ourense se me ocurrió que en mi familia debía tener algo parecido y comencé a buscar los los álbunes de mis padres y del resto de la familia. Y ahí comenzó todo. Luego, cuando vi una foto de mi mi madre y mi padre recién casados delante del Banco de España en el Paseo y en la que aparecía un cartel del Café París, que yo no conocí, me empujó a buscar fotos también de la ciudad, de lugares, espacios, edificios y personas, y poco a poco me hice con una pequeña colección.

¿Y el siguiente paso?

El siguiente paso fue mirar en anticuarios, preguntarle a amigos si tenían fotos. Recuerdo la ayuda que me prestó, por ejemplo, Isaac, de la familia Pereira, que tenían 'Terra Galega' y al que conozco de toda la vida. Su padre andaba con mucha frecuencia con una cámara de fotos. Luego me enteré de que era de las que el fotógrafo Sanjurjo cedía gratuitamente a sus clientes a cambio de venderles el carrete y revelarles las fotos.
 

¿Cuándo nace el blog ‘Ourense no tempo'?

Llegó un momento en que veía que no avanzaba y una noche de 2008 estaba chateando con el desaparecido Marcos Valcárcel y le comenté por qué no se ocupaba de recuperar un poco el archivo fotográfico de la ciudad. Yo creo que él ya no estaba bien de salud, me contestó que no podía comprometerse y me dijo que me pusiera yo a hacerlo. Esa misma noche cree el blog y recibí la primera foto, una foto preciosa de la avenida de Pontevedra en la que se ven los antiguos bares que había allí, el Victoria, La Unión, El Regio.

¿Cuántas fotografías puede reunir en estos momentos?

Tengo cerca de 75.000 fotografías, archivos gráficos que, para empezar, no son míos. Son de quien ha conservado la fotografía y a mí me permiten disfrutarla y divulgarla un poco.

¿Hay en ese archivo alguna que le haya impactado especialmente?

Muchas. Una en concreto, que es de José Pacheco, uno de los grandes fotógrafos que hubo en Ourense. Está hecha en la primera década del siglo pasado y en ella aparecen sus dos hijos, Augusto -que es el que después en Ourense se conoció por Foto Pacheco-, que debía tener diez meses, y está metido en un carrito del que va tirando su hermano, José, que debía tener 5 ó 6 años. Aparentemente es una foto muy normal, que está coloreada, en una época en que sólo existía el blanco y negro, pero en ella se aprecia algo más. Se ve que no era un fotógrafo haciendo un trabajo para un cliente, sino que se aprecia un enorme cariño al hacer los trazos y una perfección que no se ve en la mayoría de las fotografías coloreadas.

¿Hay alguna que llame la atención a la gente?

La foto que más le llama la atención es una que pertenece a Federico Román Alonso, sobrino nieto de Marcelo Macías, que heredó muchos de los objetos del intelectual. Entre ellos figura la única foto del edificio de la Misa de Alba. Estaba pegado a la Praza do Ferro, donde estuvo Almacenes Yebra y que hoy acoge un establecimiento italiano. Hoy es un edificio elegante, con prestancia, pero por desgracia está sustituyendo a otro que hubiera sido un monumento de prestigio internacional. Tenía cuatro alturas, con arquitectura centroeuropea, pero con perpiaño en vez de ladrillo. Se había levantado en el siglo XIII o XIV y se tiró en torno a 1870. La foto la hizo Benjamín del Riego, profesor del Instituto.

¿Qué personajes singulares viven en su archivo?

Están prácticamente todos los personajes conocidos y ourensanos de pro, desde intelectuales, como de Vicente Risco y Otero Pedrayo, a 'listados' de todos los alcaldes de la ciudad, de los gobernadores civiles, de los presidentes de la Diputación, de músicos. Luego hay personajes típicos, populares o entrañables, como Toñito 'patata', el Capitán Bombilla, el Pepo, o Páxaro, Martín Peixeiro, el Pepiño de las Josefinas, una gente muy singular, populares y cuya memoria se está perdiendo

¿Cuál es la fotografía ourensana más antigua?

Las más antiguas que se conservan las hizo un personaje llamado Martino, que trabajó en la Comisión Provincial de Monumentos y que a finales del siglo XIX hizo una serie que está en el álbum del Museo Arqueológico. Antes sé que hay daguerrotipos de ourensanos, pero no tengo pruebas de que se hubieran hecho en Ourense. Posiblemente se hicieron en Coruña o Madrid. Las primeras fotos de las que hay constancia que tienen relación con Ourense son tres realizadas en 1858 por Constancio López Corona, profesor de dibujo del Instituto y por desgracia recogen el Patio de los Leones, de la Alhambra. La primera de Ourense que conozco es una vista de la ciudad tomada en 1870 desde Salto do Can y que la hizo Benjamín Riego, profesor del Instituto y amigo de Marcelo Macías.

¿Cómo se encuentra el patrimonio fotográfico ourensano?

Es triste que no exista un archivo fotográfico como tal en la provincia. Hay gente que hace grandes esfuerzos pero no tienen medios, como el Museo Etnolóxico de Ribadavia, que tiene un volumen importante de fotos del archivo Pacheco y del archivo Chao y realizan un esfuerzo increíble, pero aún les falta mucho. En Ourense ciudad está el archivo municipal, que tiene muchas cosas, pero no hay forma humana de organizarlas por falta de medios. El Arqueológico no puede tenerlo en mejores condiciones y la Diputación es el organismo que lo tiene mejor organizado, pero tiene muy poco.

¿Se considera usted un buen fotógrafo?

No. Soy un pésimo fotógrafo. Me da una cámara y saco todo lo contrario de lo que me pongan delante. Quizás por eso me gusta tanto la fotografía y admiro a la gente que es capaz de hacer buenas fotos. Cuando ves el trabajo de un buen fotógrafo sientes que ve algo más que tu ves y que le da belleza, arte y valor a su trabajo.

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