El cierre de la casa de turismo rural dejó sin servicio de hostelería a una aldea que en 7 meses recibió 19.000 visitantes
Los visitantes del santuario de As Ermidas, construcción que data del siglo XVII, no tienen ningún establecimiento donde poder consumir ni un café. La total ausencia de un local o puesto de bebidas o comidas supone todo un problema para los miles de personas que acuden todos los años a esta aldea de O Bolo para contemplar el templo y asistir a sus ceremonias religiosas. Solo en siete meses, entre marzo y septiembre de este año, fueron 19.000 las que contabilizó la Cofradía de la Virgen de las Ermitas.
La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) por la Xunta ha multiplicado las visitas a un monumento que aparece en todos los folletos turísticos de Valdeorras.
La baja como casa de turismo rural de la que, hace años, fue abierta en la aldea preocupa en el Concello. Su alcalde, Manuel Corzo Macías, explicó que el establecimiento llevaba demasiado tiempo sin desarrollar ninguna actividade hostelera. "Non foi traballado", explicó el regidor.
El cierre del establecimiento dejó la aldea sin ningún local, ni tan siquiera quiosco, donde poder comer o refrescarse con una bebida. Los restaurantes más cercanos a la aldea de As Ermidas están situados a unos cinco kilómetros, en los pueblos de Lentellais y O Bolo, muy lejos del santuario.
Ante esta situación, el alcalde bolés, Manuel Corzo, hizo un llamamiento a los vecinos de As Ermidas y a los emprendedores de la zona. Pretende conseguir un punto de venta de bebidas y comidas en la aldea.
Este llamamiento coincide con la colocación de nuevas señales indicativas de la localización del santuario bolés en las carreteras que conducen a él, buscando facilitar la llegada de visitantes.
