La contabilidad municipal acumula un retraso de más de un mes debido a sus repetidas bajas

Las malas relaciones entre la secretaria y el alcalde de A Rúa concluyen tras su dimisión

Pilar González Bello
Pilar González Bello dejó de ser secretaria-interventora de A Rúa. El miércoles presentó el alta médica y su cese en el puesto. Firmó el acta ante su sucesor y estando ausente el alcalde, que hubo de rubricar el documento más tarde. Su partida era esperada por funcionarios y trabajadores del Concello, que pretenden organizar una cena para conmemorarla. No es su adiós definitivo, pues deberá regresar a O Barco la semana próxima para asistir al juicio de faltas relativo a su denuncia por amenazas contra un ex compañero.
Pilar González Bello llegó a la villa ruesa hace cinco años, en mayo del 2002. En aquellos primeros días como secretaria-interventora del Concello, su relación con el alcalde independiente, José Vicente Solarat, con el ingeniero municipal, José María Sorribes, y con el personal municipal no podían ser mejores. Había química. Pero el miércoles su despedida no fue la que suele acompañar a la marcha de compañeros de trabajo. Un mínimo intercambio con los administrativos del Consistorio y la rápida firma del acta de cese pusieron fin a su relación laboral con el Concello rues. Se fue sin tan siquiera despedirse del alcalde. José Vicente Solarat se veía obligado a rubricar el documento minutos después.

El alcalde tampoco debió mostrar demasiado interés por reunirse con la ex funcionaria del Concello. Es más, un empleado municipal aseguraba que una cena conmemorará los tres años de libertad provisional del regidor, el ingeniero municipal y un constructor rues. Se encuentran en esta situación a raíz de la denuncia que la ex secretaria formuló a finales del 2004 por un posible delito urbanístico en la urbanización del parque empresarial de As Pedreiras.

En el ambiente del Consistorio rues se respiraba ayer un ambiente muy distinto al de hace unos pocos meses. Las relaciones de trabajadores y funcionarios son más distendidas, incluso bromean sobre la posibilidad de brindar con champán. Mientras, el alcalde se desplaza de un despacho a otro con una sonrisa que parece inagotable.
El puesto de Pilar González lo ocupa ahora Raúl Gallego, que semanas antes ocupó la Secretaría de O Barco. “Es muy majo”, comentaba ayer un empleado.

Este buen ambiente entre los trabajadores deberá facilitar la puesta al día de la montaña de documentación que se acumuló en el Consistorio durante las ausencias por baja, vacaciones o sancio, de la funcionaria. “Esperemos normalizar la situación”, comentaba sonriendo el alcalde.
José Vicente Solarat aprovechó la ocasión para agradecer la labor desarrollada por Javier Llorente. Este funcionario de la Diputación viajaba al Concello rues cuando la parálisis causada por las ausencias de la nueva secretaria de Cacabelos amenazaba con estrangular la Administración municipal. Su buen hacer sirvió de mucho, a pesar de que sólo podía desplazarse hasta A Rúa “un par de veces al mes”, según dice el alcalde.

El área municipal más castigada es la de Contabilidad, que acumula algo más de un mes de retraso, una situación anormal en un Concello que acostumbraba a llevarla al día. Su responsable también hubo de asumir algunas funciones propias de Secretaría y Tesorería y no sólo en el caso rues, pues también se veía obligado a ejercerlas en Petín, a causa de la agrupación de secretarías creada entre estos dos concellos.


Juicio de faltas a un empleado

La ex secretaria de A Rúa tenía incoado un expediente de suspensión cautelar provisional de empleo y sueldo desde el 15 de noviembre del 2007. El alcalde, tras informar a los portavoces, acordó abrirlo después de que la funcionaria denunciase ante la Guardia Civil a un empleado municipal por los supuestos delitos de amenazas y agresión. Ambos se volverán a ver las caras el 17 de abril en el Juzgado número uno de O Barco, fecha en la que se sustanciará el correspondiente juicio de faltas.

Este será el próximo episodio de la difícil relación que Pilar González mantuvo en el Concello rues, pues para conocer el desenlace de su denuncia por un supuesto delito urbanístico en la urbanización del parque empresarial aún habrá que esperar algunas semanas, pues el portavoz del PP, Avelino García, recurría el fallo de la Audiencia, que ordenaba su sobreseimiento.

En todo caso, buena parte de los cinco empleados de la Administración municipal y los otros 50 trabajadores del Concello afirman que no la van a echar de menos. Ayer, entre documento y documento, así lo aseguraban con tono hilarante.

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