La perrera comarcal abrió sus puertas en A Rúa. Con una capacidad para casi 60 animales, esta semana recibió a su primera inquilina.
Durante varios días, fue el único ocupante de la perrera comarcal. Rebautizada con el nombre de Jackie, llegó esta semana y está a la espera de que alguien se decida a adoptarlo. De carácter sociable, es muy cariñoso, tanto que ya se ganó a los dos trabajadores que contrató la Diputación provincial para gestionar las instalaciones abiertas en A Rúa. Permaneció solo durante poco tiempo. Ayer, las instalaciones ruesas recibían a otros 13 animales, llegados desde distintos puntos del oriente provincial.
El recinto fue dotado con 16 perreras, con una capacidad de casi 60 animales. Cada celda tiene un patio exterior para que los animales también disfruten del aire libre. Bajo la cubierta tienen la pila de agua, dotada de un sistema que impide que se agote.
La necesidad de una perrera comarcal era sobradamente conocida en Valdeorras. El único lugar destinado a recoger perros abandonados fue, hasta esta semana, el depósito de O Barco. Fue cedido por el Concello a un joven de la villa, Jorge Yáñez Fernández, que se ocupa, de forma totalmente altruista, de los animales abandonados que le entregan. Tiene abierta una página de Facebook: "peludinescallejerosdevaldeorras".
La perrera construida en A Rúa supuso una inversión de 198.214 euros. Incluida en el programa inversor Agader, recibió una ayuda de 150.000 euros. Su gestión corre por cuenta de la Diputación provincial, aunque en su mantenimiento también colaboran los concellos, que deberán aportar un euro por habitante y año.
