REPORTAJE

Los cristianos ganan en Laza

photo_camera Un momento de la representación de la batalla entre moros y cristianos en el campo de la Ribeira (MIGUEL ÁNGEL)

Santa Mariña volvió a enfrentar a moros y cristianos en la tradicional batalla de A Retorta (Laza). Las orillas del río Támega fueron un año más escenario del combate entre ambos bandos por hacerse con la imagen de la santa.

Con las espadas en alto pero sin dejar de sonreír se enfrentaron ayer en A Retorta los ejércitos de moros y cristianos en la tradicional batalla que, cada verano, se desarrolla en los campos bañados por el río Támega a su paso por el Ayuntamiento de Laza. Un año más, los vecinos de esta parroquia del valle de Monterrei rescataron del armario sus vestidos de época y aclararon sus gargantas para participar un animado combate por la imagen de Santa Mariña, en una historia que tiene su origen en la época de la Reconquista.

El tiempo dio un respiro y los actores lo mejor de sí, para poner en vilo a los varios cientos de personas que siguieron la representación histórica desde el exterior del perímetro del campo de batalla. De blanco y tras atravesar el Támega y los campos de labradío de la parroquia, llegaron a la batalla los integrantes del ejército moro que, tras un intenso combate con los soldados cristianos por la imagen de Santa Mariña, acabaron por caer derrotados en el campo de la Ribeira. "Que imos facer!", lamentaban los efectivos del ejército moro.



Mercado medieval

La histórica contienda centró los actos festivos en la parroquia que, a lo largo del fin de semana, ha celebrado las fiestas en honor a Santa Mariña. Actuaciones musicales y celebraciones religiosas han compartido protagonismo y cartel con sesiones gastronómicas y comerciales, como el "Mercado Medieval".

Ayer domingo, y tras la dura batalla entre moros y cristianos, los feligreses participaron en la misa oficiada por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet y posterior procesión en honor a la Virgen y donde también salió estuvo representado San Antón, otro de los patrones de la parroquia.

Sin dejar del campo de la fiesta, grupos de amigos y familias enteras compartieron una comida campestre a base de pulpo y carne "o caldeiro", para seguir la fiesta por la tarde-noche con la fiesta de la espuma y la actuación de la orquesta Israel.

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