José Luis Mascareñas: "Todos los grandes científicos han tenido en el camino un buen profesor"

¿Cómo se siente después del homenaje que le hicieron el viernes sus vecinos de Allariz?

Casi no pude dormir. Tenía las endorfinas muy disparadas y me venían a la cabeza todos los recuerdos del acto. Tuve dificultades para conciliar el sueño, es la realidad (ríe). Todavía estoy muy emocionado. Te pueden dar premios científicos, que está muy bien y satisface mucho, pero lo del viernes fue algo que me tocó mucho más el corazón.

¿No se esperaba nada así?

No. La alcaldesa -Cristina Cid- me había dicho que iba a haber alguna sorpresa, pero la verdad que me habían dado muy poca información. De hecho, el discurso para el acto lo preparé casi sin saber nada de lo que iba a ocurrir antes. Me quedé abrumado. Primero por las dosis de afecto y de cariño, y segundo por todo el trabajo que se llevaron para preparar todo y la profesionalidad con la que lo hicieron. Estoy súper agradecido.

Usted no vive en Allariz, pero que le quieran tanto significa que sigue manteniendo un vínculo especial con la villa.

Sí, yo tengo un vínculo muy fuerte con Allariz. Mucha gente conocía mucho a mis padres. Yo soy muy alaricano, como todos los que hemos nacido en Allariz, pero a mí me influyó mucho cómo me crié, mi familia, mi infancia…

¿Qué le gusta hacer cuando está en su villa natal?

Ir a caminar por la zona del río, porque me recuerda a mis tiempos más jóvenes. Si puedo hacerlo solo, mejor. También me gusta tomar un vino con mis amigos en la plaza del pueblo o pasear por las calles empedradas, que son únicas. Estoy mucho con mis hermanos, uno de ellos vive aquí.

Usted ha estudiado en un colegio rural, es un ejemplo de que aquí hay tantas oportunidades de base como en un colegio de una gran ciudad.

Opino totalmente eso. Yo estudié en colegios públicos tanto la primaria, como secundaria y bachillerato. Era una época de finales de franquismo y posfranquismo en la que había un interés muy grande de los profesores por hacer su labor bien. Yo recuerdo a mis maestros muy motivados y eso fue lo más importante. Tuve buena suerte en eso y en tener un buen ambiente. Siempre digo que es fundamental que la gente joven tenga la oportunidad de estudiar y de formarse en buenos ambientes, así como referentes.

¿Un científico nace o se hace?

Bien (hace una pausa) las dos cosas. La genética juega un papel, no todo el mundo nace con las mismas actitudes y aptitudes. Pero es fundamental tu casa, tu familia, tu ambiente y, por supuesto, la escuela. No conozco a ningún gran científico que no me haya dicho que lo que le llevó, en principio, a explorar el mundo de la ciencia fue el contacto con un buen maestro. Todos los científicos han tenido un buen profesor en el camino. Por esto los profesores tienen una responsabilidad tan grande, porque determinan el destino de muchos estudiantes: pueden hundirlos o sacarlos adelante.

¿Se destinan medios suficientes a la investigación en Galicia?

Hemos mejorado mucho, pero obviamente estamos muy por debajo de la financiación que sería necesaria. Pero tan importante es la financiación como la eficiencia de la misma. Se debe invertir de la manera adecuada tanto en infraestructuras como en talento. Lo que veo que ocurre muchas veces es que la gente responsable de financiar la ciencia, que son políticos, ven todo muy a corto plazo y se financia mucha investigación que quizá no tiene el nivel adecuado pero que encaja en los perfiles temáticos que permiten vender mejor las cosas. En esto es importante copiar a los que lo hacen bien en el extranjero. En España también se ha hecho bien en Cataluña y en el País Vasco. Los políticos y la sociedad deben ser conscientes de la importancia de la ciencia. Porque ahora hablamos mucho de las enfermedades, del Covid… Pero una vez que eso pasa la gente se olvida.

En el CiQUS, ¿en qué trabajan?

Somos un centro multidisciplinar. Trabajamos en ciencias moleculares, la Química, pero también tocamos la Biología y la Física. Nuestra labor más importante es crear lo que no hay y conocer lo que no se conoce. También hacemos una parte de transferencia de nuestras tecnologías a la sociedad. Estamos creando empresas y generando patentes. Además en todo este proceso estamos formando a muchos estudiantes.

¿Qué permiten esas tecnologías?

Pues empezar a generar negocio y empleo. Hay empresas que salieron de gente del CiQUS. Por ejemplo, Mestrelab es una de creación de software para aparatos de resonancia.

¿Y en cuanto a los conocimientos patentados del centro?

Tenemos algunos bastante interesantes. Uno muy destacable es una tecnología que permite hacer vacunas y que se ha utilizado en veterinaria. En este momento se está explorando para virus como el Covid.

¿El CiQUS es un centro para frenar el éxodo de científicos gallegos al extranjero?

Sí claro, por supuesto. Nosotros somos 200 personas. Hay un centro en Medicina, otro en Tecnología de Comunicaciones y otro en Física que tienen el mismo perfil. En total igual tenemos 800 investigadores y esto permite captar y mantener talento. Ahí las universidades tienen que ponerse las pilas. Se trabaja mucho con personal docente para dar horas de clase, pero los profesores de universidad tienen una doble faceta: docencia e investigación. Cuando se contrata a un profesor no solo se tendría que pensar que va a dar unas clases, sino que va a contribuir con mucho más. También se debe seleccionar a gente de talento.

En el acto de Allariz dijo que todavía se sentía con mucha motivación para seguir haciendo ciencia, ¿qué le queda?

Tengo 60 años y me quedan 10 de trabajo, si todo va bien. Ahora sé muchas cosas que antes no sabía, entonces quería utilizar este tiempo para hacer algún proyecto más rompedor. Me gustaría arriesgar un poco más y lo voy a intentar.