Mbouile y Alkaou, dos malinenses en Allariz: "Falamos un pouco de galego"

Después de un largo y duro viaje refugiándose de la guerra de su país, teniendo que afrontar una realidad nueva y totalmente distinta, Mbouile Diakite y Alkaou Sissoko terminaron llegando a Galicia. Son dos jóvenes procedentes de Mali, que se hospedan junto a otros en el albergue de Allariz (son casi 60), cedido por Salesianos. Llegan tras haber estado en el Balneario de Mondariz y ahora han sido divididos en grupos más pequeños. Los chicos, menores de 25 años, nos regalaron su tiempo para que podamos conocerlos más.

De Mali a Galicia

Comentan que les gusta mucho Galicia y están realmente cómodos, incluso con el temporal de estos días. Hablan francés y bambaran, la lengua oficial de su país desde 2023, aunque en Mali se hablan más de 80 idiomas, de los cuales 13tienen condición jurídica de lengua nacional. “Falamos un pouco de galego”, comenta Mbouile, haciendo referencia a que en esta zona se habla gallego y es importante que ellos lo hagan también para poder relacionarse y encontrar trabajo. “Quero aprender galego en tres meses”, añade Mbouile, que destaca que le resulta más fácil de aprender, mientras que Alkaou dice que el español también es importante para poder integrarse en la vida laboral y la sociedad. “Aquí muchas cosas son muy diferentes, la cultura, la comida, la ropa…”

Daniel Bóveda remarca el esfuerzo que hacen para aprender ambos idiomas intentando hablar constantemente en ellos con los compañeros que trabajan en el albergue. Es el responsable territorial de Galicia de ACCEM, la oenegé responsable de la formación e integración de los chicos.

La vida en Allariz

Estuvieron antes en otros sitios de España, como las Islas Canarias o Alcalá de Henares, donde el grupo era más numeroso, pero el lugar en el que más cómodos se han sentido es en Allariz. Comentan que aquí tienen clases y formación constantemente gracias a ser un grupo más reducido y, gracias a los vecinos y la gente que trabaja con ellos, se sienten mucho más integrados y bienvenidos.

No solo hablaban por ellos dos, sino que el grupo en general siente que la relación con la gente es buena, ya que se interesan por ellos, les hacen visitas y charlan de una forma educada. Dicen que les gusta mucho sentirse involucrados y agradecen esta situación. “Estamos muy contentos en Allariz, la gente es muy buena”, Alkaou, con la aprobación de Mbouile.

Trabajo y estudios

“Quiero seguir formándome y estudiar mucho más, para encontrar trabajo y ser independiente,” apunta Alkaou, aunque es algo en lo que concuerdan todos los jóvenes refugiados en la villa alaricana. Ya tienen experiencia laboral y tienen entrevistas laborales, en concreto Mbouile tuvo una esta misma semana que, con un poco de suerte, le permitirá trabajar en una bodega. Alkaou juega al fútbol y lleva un tiempo entrenando con el Raio Alaricano. Juega por el lado izquierdo y puede que sea una nueva incorporación para el equipo local.

Ambos chicos quieren quedarse en Galicia y tener aquí un futuro, lo comentaban con una sonrisa al aclarar que en otros sitios, cuando buscaban trabajo o intentaban integrarse, se sentían rechazados, mientras que en Allariz es al contrario.

Siguen en redes sociales perfiles con contenido tanto en gallego como en español para continuar con la inmersión. Apenas empezaron a aprender español hace cinco meses y ya lo hablan con cierta soltura.

Comida y cultura

Les gusta mucho la comida de la zona y, curiosamente, uno de los chicos con el que estuvieron previamente en el albergue, durante un programa de acogida que finalizó el 31 de diciembre, tenía experiencia en la cocina y se quedó a trabajar allí. Acostumbran a hacer fusión de las comidas de Galicia y Mali, en las que nos dicen que usan mucho el maafé, un guiso picante hecho de tomate y cacahuete con carne de vacuno o cordero y servido con arroz. Durante su estancia en Mondariz ,celebraron los magostos, “gústanme moito as castañas” dijo Mbouile, que se enteró que aquí son típicos los magostos y está deseando poder comer de nuevo estos frutos secos.

Aunque la actividad de la zona se relaja durante el mes de enero, lo hace solo para reponer fuerzas y, aprovechando las fechas, están aprendiendo y estudiando sobre el Entroido, del que ya conocen algunos trajes y días señalados, como el Fareleiro de Xinzo de Limia.